"The act of killing"

Es un documental danés, de Joshua Oppenheimer, del 2012. En él descubre un genocidio en Indonesia que tuvo lugar en los años 60 y del que aparentemente no se sabía nada fuera del país.

Empieza que parece un poco tostón… Luego, dices “¿pero qué es esto??”, y acabas que no te crees lo que has visto. El director de este documental me parece inteligentísimo por varios motivos: Por haber hecho este documental y seguir vivo, por no juzgar –que es lo fácil e inmediato- e intentar comprender a los asesinos, por convencerlos de confesar sus crímenes ante la cámara y porque después de hacer el documental ha satisfecho a occidentales, a las víctimas de los asesinos y a los propios asesinos. Casi nada.

Se va a Indonesia, no sabe nada del país, lleva una idea de hacer algo pero lo que más le llama la atención es el miedo que tiene la gente, y quiere saber por qué. Empieza a oír de bocas distintas hablar de un genocidio que no sale en los libros de historia.
Los asesinos no dudan en hablar libremente de sus crímenes porque asesinar no parece un delito en Indonesia, nunca han sido castigados. De hecho, están orgullosos de sus matanzas, están respaldados por la política del gobierno, que ellos mismos reconocen que es mentira.
Se llaman gángsters a sí mismos, el gobierno los llama gángsters, ¡y es algo bueno! Se han montado la definición de que un gángster es “un hombre libre”, “dueño de su destino”. Y tienen fantasías de las películas de matones que han visto, que si Al Pacino, que si los Westerns americanos…

Los asesinos apatrullando la ciudad

Maquillando a los asesinos para filmarles reproduciendo sus actos criminales

Así mataba, así, así.

El director intenta rodar, pero cada vez que saca una cámara aquí o allá no filma ni un minuto, porque se le acercan los militares y se acabó. Cree que nunca va a poder hacer un documental en Indonesia, cuando, su equipo de grabación indonesio –descendientes de las víctimas- le sugieren: “¿Y por qué no haces protagonistas a los asesinos-políticos? Estarán encantados de salir en una película y así, nadie nos interrumpirá cuando estemos trabajando”.

Escéptico así lo hace. Para su sorpresa, todos estos, ya abuelos, asesinos tienen fantasías artísticas, quieren ser famosos. Y les hace representar ante la cámara cómo asesinaban y torturaban a la gente, y con qué humor lo hacen, qué orgullosos están de sus crímenes.

Y bueno, ¿a quién mataban? Pues a cualquiera que no estuviera de acuerdo con su dictadura. Los llamaban “Comunistas”, pero un comunista no era lo que entendemos por un comunista, sino, casi cualquiera. Se ensañaron mucho con los chinos, y todavía siguen haciendo extorsiones.  El protagonista reconoce haber matado a más de 1000 personas.

No se lo pierdan.

El trailer.