Sunday, September 28, 2014

El tour del este VI

Los aplicados alumnos. Desde las ventanas, quizás con la ayuda de las mosquiteras, sólo había que entornar un poco los ojos y los paisajes parecían cezannes.
La estampa japonesa es muy cansada -y emocionante- a la vez. Hace falta fuerza física, dedos de hierro, poder mental y mucha paciencia. Abajo el profe: Sebi Subirós; y el anfitrión: Rodriguez Amat: “Cojons les dones! M’ agraden molt! Cojons, com traballeu! Les dones, les dones, les dones! Qui fossi un mosquito per manjarte done!” (Supongo que ortográficamente las he metido dobladas en estas pocas palabras en catalán. Da igual, me habéis comprendido)
Abajo una tabla que compró el profe, una talla con una bella línea.
Bueno, pues esto va de talla en madera, xilografía. Una madera que no sea muy porosa, ni excesivamente dura. Las diferencias fundamentales entre la xilo europea y la japonesa, es que en la primera se utilizan tintas al aceite; y en la segunda, tintas al agua, más una herramienta extra que los europeos no utilizan: el bento. (Una gubia con función de cuchillo)
Velozmente se entinta la madera antes de que absorba la pintura. Rápidamente se pone el papel de arroz humedecido encima. Y con el barem –hidratado con aceite- se hace una fuerza animal sobre el papel en un tiempo record para conseguir transferir la imagen -sin desgarrar el fino papel, por supuesto. Eso es la estampación a la japonesa contado en pocas palabras. Después de practicarlo, todavía me parece más increíble aún la perfección del ukiyo-e. Y si quieres que la estampa tenga más de un color, necesitas una tabla para cada color con su correspondiente talla, y que luego coincidan todas para formar la imagen, claro. ¡Están locos estos japoneses!
Una tabla de Sebi:
Blan y su grillo:

Tuesday, September 23, 2014

El tour del este V


Si Ukiyo-e fue la etapa gloriosa de la estampa japonesa, la siguiente, tenía que ser el declive. 
Meiji es la modernidad en Japón (1868-1912). El emperador está obsesionado con Occidente. El emperador pensaba que Japón debía adaptarse a Occidente para parecer civilizados. Por eso los personajes aparecen en las estampas vestidos al modo occidental. Se cierra el Yoshiwara. Se quedan sin grabadores. El trabajo ya no está divido, el artista lo hace todo: pintar, tallar, estampar… Y les sale "feo". El preciosismo y el trabajo meticuloso de Ukiyo-e se lo lleva el viento. Casi no se estampa en esta época.
 
 
A Contest of Beauties among the Cherry Blossoms, Hashimoto Chikanobu 
 
The War Photographer - Kobayashi Kiyochika, 1894-95.
En el Sosaku-Hanga (s.XX): Reaparece el grabado de nuevo...