Wednesday, December 21, 2016

Planos

Me van a salir telarañas de tanto esperar. Llevo meses esperando que echen una firma en un papel. 
El subconsciente me ha traicionado. He dibujado el edificio rodeado de un tendido eléctrico de alta tensión. 

Sunday, December 18, 2016

"The greasy strangler"

¿La han visto ya?
Si quieren pasar un ratito desagradable no se me ocurre mejor opción que ver "El estrangulador grasiento" (Jim Hosking, 2016, UK).  La mísera relación padre e hijo, el asco de principio a fin, los reconfortará en su sofá. Y cuando se acabe la película, satisfechos con que la pesadilla haya terminado, pensarán: "Qué estupenda es mi vida". El director se ha propuesto incomodarnos y lo ha logrado.
Una película creativa que no causa indiferencia. Se la recomiendo.
Aquí se puede ver entera en versión original subtitulada en castellano.
Buen provecho.

Wednesday, December 14, 2016

Cocinitas II: japonés

¿Por qué nos gustará tanto el sushi con el curro que es? Hace casi un año hice un curso breve de sushi en el restaurante Kiro Sushi y aún no me había atrevido a ponerme manos a la obra.
A los fans del sushi les recomiendo este restaurante vehemente. Para sorpresa de todos, está ubicado en Logroño. Es un pequeño restaurante que da dos comidas al día para diez comensales cada vez. Al mediodía ramen, por la noche sushi. Hay que reservar con semanas de antelación.
Muchas veces había comido antes sushi, incluso en el mercado del pescado de Tokio, pero este lugar, es el mejor de todos con diferencia. Está a años de luz de todo el sushi que había probado antes. 
La clave de un buen sushi es un pescado espectacular. En restaurantes económicos o de precio moderado, nunca se puede comer un sushi realmente bueno. Es una triste realidad. Además, tiene que ser hecho en el momento. El arroz ha de estar tibio, no frío, como mucha gente cree.
Unas fotos cenando allí:
Estas fotos tomadas en el curso:
Estos los hicimos Ni y yo in situ:
 
Mis pinitos en casa me llenan de orgullo, sólo me he atrevido con el nigiri de salmón, y ya sudé tinta cortando el pescado:
Estoy como chica con zapatos nuevos con los cuchillos. En la mudanza, al paso de las cajas por los tiquismiquis de Hong Kong, me quitaron el cuchillo de sushi que compré en Corea. Tienen más cara que espalda. Una cosa es que lleves un cuchillo en el bolso, y otra muy distinta es que hagas una mudanza y vaya dentro de su funda, dentro de una caja, dentro de un contenedor: ¡Menuda amenaza! Abajo: piedra de afilar, cuchillo de sushi (tiene de particular que la hoja está en bisel sólo en un lado), cuchillo de porcelana y cuchillo santoku de verduras.
Los cuchillos de sushi son de carbono. En general, los japoneses prefieren el carbono al acero inoxidable. Los unos están más afilados que los otros, pero también son más blandos y hay que afilarlos con más frecuencia; y si no los secas bien, se oxidan. Los de porcelana, no pierden nunca el filo (se supone), pero, un golpecito y adiós.
Y ya puestos, les enseño mis navajas. Tengan cuidado conmigo, voy armada hasta los dientes, je, je.
Por si a alguien le interesa:
Corte y despiece del salmón estilo japonés.
Cómo cortar el salmón para nigiri o sashimi.
Cómo cortar el atún.
Un okonomiyaki de pollo y gambas:
El helado de té verde es muy fácil de hacer. En realidad compré el matcha para beberlo, pero era de tan, pero de tan mala calidad, que sólo sirve para hacer postres. El té de beber -se llama 'té ceremonial'- ronda el precio de a un euro el gramo, una pequeña fortuna. Y los otros, pues eso, sólo sirven para postres. Puede poner en el sobre: high quality, ecológico y gloria bendita..., pero son de color verde caqui y saben a rayos y truenos.
En este link hacen una comparativa a fondo entre varias marcas. Y en este otro, explican de un modo muy básico la diferencia entre un té malo y uno bueno.
Listo para congelar
Ando un poco mal de iluminación en casa todavía. La lámpara naranja no ayuda mucho a ver el bonito color de este helado.
Arriba: Chawanmushi de setas y pollo. El chawanmushi es un flan salado, que en vez de leche, lleva caldo de pollo o de pescado. Los chinos también hacen algo parecido, ahora me viene a la mente el de almejas. Pero en vez de servirlo en un vaso cerámico como los japoneses, lo sirven en un plato o bandeja.

Sunday, December 11, 2016

Fermentaciones III

El pescado seco no es muy popular en España (a parte del bacalao), pero en Asia es un snack muy común y apreciado. Lo echaba de menos, así que, investigué cómo podía secar pescado. En pocas palabras, y por si a alguien le interesa: Limpiar, sacar tripa y abrir (en vez de abrir por la tripa, abrir por arriba que el lomo es más gordito, excepto en boquerones que son muy finos), secar con papel de cocina, congelar al menos 48 horas a -18ºC para matar el anisakis, echar sal y opcional: pimienta, hierbas, chiles... Luego ya, sólo queda secar al aire libre con mosquitera o en una secadora eléctrica de alimentos.
Los boquerones se secaron visto y no visto, en no sé si tres o cuatro días. Pero en sólo un rato me los zampé todos con una cerveza mientras veía una peli... En realidad, los estaba secando para usarlos como fondo de sopa coreana (si en España es el pollo, en Japón el bonito, entonces, en Corea son las anchoas secas y el alga kombu la base del caldo). Balance: están ricos, pero al secarlos se quedan finos como el papel de fumar, es una operación que cuesta un poco de tiempo y dinero para lo poco que cunde. A la derecha shiitake seco. Las setas se secan rapidísimo. Sin embargo, las uvas tardan meses en secarse.
Un chicharro. También rico. Tiene más carne, pero alguna espina inoportuna y dos tiras de escamas muy duras.
Aquí pueden ver cómo los chinos secan pescado. No se pierdan el modelazo de la china enseñando las bragas mientras seca una carpa tremebunda en atmósfera contaminada a tope. Son la monda estos chinos, pueden con todo.
Y aquí un japonés haciendo lo mismo, pero más curiosito:
Lo siguiente fue un fracaso absoluto. Es algo que no recuerdo haber probado antes: calamar fermentado. Un aperitivo coreano que se llama ojingeo jeot. Era tan simple como limpiar unos chipirones, echar sal y guardarlos en un taper... un mes. 
Al cabo de un mes, cuando abro el taper, casi me desmayo de la grandísima peste a pescado podrido. Igual eché poca sal y en vez de fermentar, se pudrieron. Los tiré directamente por el wc. Me lavé las manos cuatro veces y no se fue el olor; al igual que la cocina, días apestando.
Puuuaaajjjjgggrrhhhhfff...
Cambiando de tercio. Entre mis éxitos se cuenta el limoncello:
Un mes después:
Tengo que repetir las etiquetas. Tengo que buscar una imprenta digital, en la copistería las han impreso en penosa calidad y desenfocadas. 
He aprendido a hacer limoncello aquí:
El jengibre encurtido, ese que acompaña al sushi, me chifla. El que venden en bolsitas de importación es una ruina. Vale la pena hacerlo en casa. Lo malo es, que al menos donde yo vivo es imposible conseguir jengibre joven. Yo lo he hecho con el normal, y pica. No es lo ideal, ni mucho menos, pero es lo que tengo. Igual en Bcn o Madrid se puede encontrar el otro.
He aprendido aquí.
Con el tofu casi tiro la toalla. Tres veces me salió mal. Parece una tontería pero no lo es. Las tres veces que fracasé se debió a falta de exactitud: en la consistencia de la leche de soja y en la temperatura. Requiere precisión a tope. Ahora tengo un termómetro, y a la cuarta intentona me ha salido mi primer bloque de tofu firme casero, ¡hip, hip, hurra!
El tofu es un currito en toda regla. Sólo tiene tres ingredientes: agua, soja y coagulante. Y a su vez, hay tres tipos de coagulante: nigari o cloruro de magnesio, gypsum o sulfato de calcio y zumo de limón. El último coagulante dicen hace que el tofu amargue, pero hay gente que lo usa. Y dependiendo de la densidad de la leche de soja, la temperatura, los tiempos y los coagulantes, se obtienen las diferentes variedades de tofu.
A mí me ha salido siguiendo las instrucciones de este muchacho:

Monday, December 5, 2016

Malasombra

Me llena de espíritu navideño esta bola y este espumillón que han colgado de la farola junto a la cocina...

¿Recuerdan la entrada sobre niños jugando debajo de mi casa, y de cómo hablé con su madre y todo salió bien en un encuentro pacífico? Pues, desde aquel día, no volví a oír a niños jugando en mi casa. Una auténtica bendición. Estaba loca de contenta. Ora leo un libro sin interferencias, ora veo una película y puedo entender los diálogos, ora escribo un texto, ora hago un dibujo en la paz del hogar.
Un día veo a la madre de niños en la tienda de comestibles. No me saluda y cuchichea con la dueña de la tienda mientras me miran de reojo. Obviamente la está poniendo al día de "lo bruja que soy". Vaya, me guarda rencor.
Otro día, me la encuentro por la calle y me paro a hablar con ella. Primero se violenta mucho de que me plante en su cara a hablarle. Le digo con todo mi corazón lo muy agradecida que le estoy por su intervención, y cómo me dio vergüenza al principio afrontar el tema, y ahora mi vida es infinitamente mejor. Creo que esta fue la frase que más le dolió, que haya personas en el mundo que sean felices. Se le puso una cara de asco, en serio, de asustar y dar miedo. Me miró con un odio con el que nunca antes me había mirado nadie. Si sus ojos fueran cuchillos ya estaría muerta. Me di media vuelta consciente de mi gran error. No tenía que haber vuelto a hablar con ella. Quería ser agradecida, pero había metido la pata hasta el fondo. En aquel momento, temí que los niños volvieran a jugar debajo de mi casa. Sabía que me había equivocado y que, a juzgar por el odio de su mirada, esto podía tener repercusiones negativas para mí.
Al día siguiente voy a salir de casa pero veo que han metido un palillo bloqueando mi cerradura. Sólo puedo pensar en ella. Igual no ha sido ella, pero si no he interactuado con nadie más, ¿quién puede haber hecho eso? ¿Por qué?
Al principio, me parece una gamberrada sin más. Si yo quisiera hacerle daño a alguien, que nunca lo he hecho -conscientemente al menos-, me lo curraría más. Qué sé yo, pegamento de contacto como mínimo. No le doy la importancia merecida y empiezo a hurgar con un alfiler. Mierda. Lo meto hasta el fondo. Ahora entra la llave casi del todo, pero faltan 3 milímetros y no gira. Subo a por herramientas. Desmonto la cerradura. Pienso que el palillo es madera e igual puedo quemarlo. Dejo todo el bombín negro de la llama y sigue sin funcionar.
Llamo al cerrajero del pueblo. No quiere venir, ni ahora, ni mañana, ni nunca. Me pone una excusa barata. Es el que tampoco quiso hacerme las carpinterías de casa. Creo que le caigo mal. Todo lo que he hecho es darle mi dinero, pero se ha propuesto no volver a trabajar en mi casa. Me daría absolutamente igual si no fuera porque es el único cerrajero en kilómetros a la redonda. El único en el pueblo y en los pueblos de alrededor. Llamo a cerrajeros de la capital, me dan un primer presupuesto de 130-200 euros, ¡Dios mío, que me da un telele! Desplazamientos y tal. Calmo los nervios, cierro la puerta y me pongo a hacer una investigación profunda de cerrajeros en la provincia en internet. No hay mucho donde rascar. Una profesión con futuro: cerrajero. Poca competencia, altos honorarios.
Finalmente, encuentro a un tipo bastante majo. Viene con sus herramientas y consigue sacar el trozo de palillo. Le pregunto dónde puedo conseguir unas herramientas así. Y me mira como si me fuera a dedicar a abrir casas. Me dice: "tú no puedes tener estas herramientas", pero si tienes un ganchillo pequeño, te puede servir. Ni se me había ocurrido. La broma me sale por 70 eurazos sin iva y sin cambiar el bombin. Y tuve una suerte loca.
Mientras me está arreglando la cerradura, con su camioneta "Cerrajero 24 horas" aparcada en la puerta, pasa un coche con dos chavales de estos muy tontos que se creen muy listos. Miran un poco más de lo normal y se ríen. Acto seguido pasa la madre de niños, y mira, mira varias veces, y dice "Hola" en un tono normal, pero no sin nerviosismo.
Aún no me puedo creer que me haya comprado una casa en este pueblo. Yo no sabía nada de pueblos. Pensaba que daba igual donde estuviera la casa siempre y cuando hubiera naturaleza bonita cerca. ¡Cuán equivocada estaba!
Desde casa, oigo como un hombre que pasa por la calle le dice a otro, en tono enfadado, alto y claro: "¡¡Malasombra!!". El otro le contesta en un tono que suena igual de amenazador: "¡Malasombra TÚ!". Creo que sólo se estaban saludando.
Se acerca el invierno, vivo entre salvajes y los caminantes blancos amenazan con venir y arrasarlo todo.

Saturday, December 3, 2016