Friday, June 12, 2015

Provincia de Sichuan XIV: Chengdu I

En el aeropuerto de Daocheng me encontré a aquellos que hacían sonar una canción en el móvil mientras miraban el pico de la montaña embelesados. Tenían el mismo vuelo Daocheng-Chengdu que yo. Los chinos no hablaban inglés pero la china lo hablaba increíblemente. En realidad, no eran amigos, eran de distintas partes de China pero se habían conocido durante el viaje.
Yo quería ir a Jiuzhaigou, pero mi vuelo a Shanghái salía dentro de tres días desde Chengdu, e ir a Jiuzhaigou era un día en autobús. Esta chica no sólo hablaba chino e inglés, sino que era muy espabilada y enseguida dio luz a mis dudas. Fue amabilísima, y me ayudó a comprar un vuelo Chengdu-Jiuzhaigou con su teléfono para el mismo día. Intercambié mensajes con el nadador para saber cuándo iba a estar en Chengdu. Un día antes de lo que cuadraba en mis planes. El chaval insistía en quedar en Chengdu. Siempre supe, desde aquel día en Daocheng que nunca más iba a volver a verlo. Pero, él insistía en vernos en Chengdu. Me daba una y mil ideas para pasar los tres días que me quedaban como: comprar, comer, ver osos pandas… Yo había ido al Oeste chino a extasiarme en la contemplación de la montaña. Así que, en vez de estar dos días en Jiuzhaigou, elegí un vuelo relámpago, mega estresante, para ver Jiuzhaigou en solo un día, y al muchacho otro día.
El vuelo más barato salía ese día por la tarde-noche, lo cual apuntaba a pasar un montón de horas en el aeropuerto, pero mi nueva amiga china estaba en situación semejante. Así que decidimos ir al centro de Chengdu a comer en vez de aburrirnos en el aeropuerto.
Chengdu es una ciudad china más. Pero tiene de diferente, que no es una de esas ciudades de morirse del asco… véase: Datong, Wuhan, Ningbo… y una extensa lista. Es una ciudad relajante. Los chinos dicen que: “Chengdu no es para los jóvenes -que tienen que trabajar-, es para los mayores ir a retirarse”. Se me ocurren mejores lugares para retirarse que una ciudad de siete millones y medio de habitantes. Aunque es bastante grata. También dicen: “En Chengdu las chicas son muy guapas”.  No sé si son muy guapas, pero: no tienen la piel oscura como en el sur de China, Shanghái…; tienen “más cara de chinas” que otras chinas, tal y como lo hemos visto en la pintura china, ilustraciones, moda y cine; son definitivamente más delgadas y esbeltas; y visten más a la antigua, más femeninas que en otras provincias. Mi nueva amiga china lo explica porque como la comida es tan picante se suda mucho y eso es bueno para la belleza.
Los chinos, sin embargo, no parecen mucho más guapos.
En cualquier esquina te pueden limpiar las orejitas con un instrumento afilado de hierro. No gracias.
A la china que iba conmigo le parecía una opción de ocio muy placentera y relajante.
Me llevó a un restaurante de hot pot buenísimo que le habían recomendado. El mejor hot pot que he probado nunca. O quizá fue que después de varios días de comidas mierdosas en el oeste lo recibimos con gran entusiasmo.
Luego, se compró una cabeza de conejo –especialidad de Chengdu- para chuparla en el avión. ¿Cómo se puede comer la gente a mis amigos los conejos? Un ser humano –ser inferior- se come a un conejo –ser superior. Incomprensible e irrespetuoso.
Los payasos
En Sichuan tienen ópera propia, en inglés se llama Face changing opera, en castellano no estoy segura si es Ópera de máscaras o algo así. Consiste en que, durante una actuación el intérprete cambia de cara quizá diez veces, y a una velocidad increíble.
Las llevan todas puestas desde el principio y tienen un mecanismo (creo que una goma, o alguna cosa así muy sencilla pero ingeniosa) que las retira a gran velocidad. Y si te tomas unos baijus debes flipar con la magia.
Enseguida regresamos al aeropuerto: ella se fue a Shanghái, yo a Jiuzhaigou.