Tuesday, December 18, 2012

Otro fin de semana raro: 2ª parte

El sábado fue un día largo y raro, tan largo fue, que el domingo lo pasé durmiendo: eché la siesta de la mañana, eché la siesta de la tarde. Pensé que no conseguiría conciliar el sueño por la noche, pero qué va, dormí como un lirón.
Por la mañana hice mil recados última hora pre-viaje a España. Después fui a un curso de Mahjong en una academia de idioma chino. Hace años que les llevo pidiendo a los chinos que conozco que me enseñen a jugar a Mahjong, pero ninguno quiere, todos dicen que es un aburrimiento. A mí los juegos de mesa me dan un sopor absoluto, pero como es algo tan de aquí, pues por saber, sin más. Ahora resulta, que también debería enseñarlo en el cole, va con el tema que estamos dando; y como justo recibí un mail de esta academia que decía que te enseñaban a jugar gratis, pues fui.
Hace años les pregunté por los precios de las clases de chino, por eso tenían mi mail. Desde entonces, me bombardean sin piedad con correos. Y justo, vi lo del Mahjong en la carpeta spam y lo abrí. Ahora que he hecho el curso, me voy a enterar de lo que es bueno, amenazaron con llamarme en enero para ver si ya estoy preparada para ir a clase de chino.
Lo más curioso de este curso fue: que era la única alumna (porque llegué a la hora que decía el mail, y cuando llegué allí me dijeron que era una hora y media más tarde); que 5 personas, hablando simultáneamente en un chinglish incomprensible, me querían enseñar a jugar; que todos eran simpatiquísimos de asustar, se les veía tan felices, tan emocionados, tan exaltados… tan locos en una palabra, por enseñarme a jugar Mahjong; que el grupo de los 5, era un grupo de nefastos profesores: como enseñen el idioma chino como enseñan a jugar a Mahjong, estamos apañados.
Por si alguien no sabe lo que es el chinglish, aquí unos ejemplos. El chinglish es algo divertido, tienes a un chino delante de ti que cree que te está hablando en inglés, pero en realidad está haciendo traducciones literales del chino, y hace unas frases que hay que pensar mucho rato para saber de qué está hablando, a menudo, sin deshacer el entuerto. Si es escrito, es lo mismo, pero se avanza más rápido en el descifrado y dado el contexto:

He vuelto a hacerlo. No quería comprar nada y he vuelto a comprar:
Después de los hoteles, fuimos a una fiesta. No conocíamos a nadie en la fiesta, nadie nos había invitado. E había visto la fiesta anunciada en Facebook, con la dirección hecha pública, y le había gustado uno que salía en la foto. La fiesta empezaba a las 10, y llegamos a las 10. Muy mal, ya. Pero yo me quería ir a casa, no quería ir a una fiesta, y era a las 10 o nunca. La fiesta no había comenzado, ni siquiera habían puesto música. Y allí estábamos. Nadie nos conocía. A penas una decena de personas en el salón de su casa. Una mesa con ganchitos, coca-cola, cerveza Suntori…  Al final, los anfitriones nos preguntaron a quién conocíamos. A nadie, pero ellos nos habían invitado, habían invitado a cualquiera que viera su anuncio en Facebook. Era una fiesta de piso de estudiantes, había un español, unas checas, algunos chinos, eran todos muy jovencitos, y nos miraban con cara de miedo. Además, íbamos disfrazados, porque veníamos de la ruta de los hoteles de cinco estrellas. E llevaba hasta traje, y la camisa hecha a medida, y los zapatos con lustre. Nos miraban, raro, raro, raro. Yo desde que llegué estaba con un pie en la puerta, pero E quería hacer amigos, o ligar, o quién sabe; y les daba palique: “¿Estudias o trabajas?”. Nadie estaba borracho, las luces estaban encendidas, no había música, nos miraban con recelo y estupor. Yo llevaba en el bolso todo el dinero que había cambiado en el banco por la mañana para llevarme a España, como para tomarme una copita y dejar el bolso por ahí abandonado. No me interesaba un pimiento la fiesta. Me fui. A E se le empañaron los ojos, se lo tomó como quien abandona a un bebe en la puerta de un orfanato. Es que, ¡menudos planes que prepara! Luego dice que nunca hacemos las cosas que le apetecen a él, pero ¡cómo vamos a hacer lo que le apetece a él!

Monday, December 17, 2012

Otro fin de semana raro: Más hoteles 5 estrellas

E no entiende que pasar el fin de semana en hoteles de 5 estrellas es aburrido. Un día, a mí no me importa ir ni que sea al Infierno, pero cada fin de semana, no, para eso tiene que gustarte.
Ya nos quedan pocos hoteles por los que pasear. El sábado hicimos el Bund.
Peninsula Hotel:
Hace unos 3 años vino Karl Lagerfeld ha hacer un desfile y ha inaugurar una tienda Chanel en el mismo hotel. Todo lo que tenían en el escaparate era superfeo, en serio.
El Peninsula es como un centro comercial de lujo. Una tienda detrás de otra, suelos de mármol. Es lujoso, pero no es muy, muy bonito. El Mansion hotel (ya hablé de él aquí, el hotel que fue la casa del ganster más famoso de Shanghái) es un hotel bonito.
Han rodado varias películas allí como Snow flower and the secret fan.
Lo que más me gusta de este hotel son los ecos de Art Decó shanghainés y que todo es bueno. Lo peor de este y todos los hoteles es la decoración navideña. La decoración navideña es una gitanería siempre.
Peace Hotel:
Otro hotel Art Decó en el Bund. En los años 30 fue el más alto y el mejor hotel de la ciudad. Hace no mucho han hecho una restauración a fondo.
Waldorf Astoria:
Para concluir el paseo por el Bund -después de haberse sentado y posado E en cada sofá, después de haberme dicho 1 y 100 veces lo mucho que le gustaría vivir allí: en cada baldosa, en cada ascensor, en cada alfombra, en cada pasillo -fuimos al histórico Long Bar del Waldorf Astoria.
El Long Bar, es un bar muy, muy agradable, bonito, clásico y aburrido, al que van turistas, gente que hace negocios por la zona, extranjeros que quieren impresionar a su pareja china…
Los cócteles valen el doble que en la mejor coctelería de la ciudad y son malísimos. No es de extrañar porque en muy pocos sitios se pueden tomar cócteles en Shanghái. Hay muchos camareros chinos que nunca han bebido cócteles, que no les gustan para empezar, y mezclan los ingredientes leyendo un recetario debajo de la barra, parece que estén haciendo magia potagia.