Friday, February 27, 2015

Hong Kong V: Las vistas

La vista de HK desde la cumbre Victoria.
Si fuera Shanghái sería polución lo que vemos, sin embargo, es niebla. En HK hay mucha humedad. No sólo se siente sino que se ve.
Un conjunto de árboles visto desde arriba parece un brócoli.
Y lo de abajo es lo que hay en la cima.
Lo que mola de HK es la presencia de la naturaleza en medio de ese amasijo de ladrillo.
Abajo el puerto Victoria un día de niebla.
El puerto Victoria un día de menos niebla.
En HK tienen un "paseo de las estrellas", como en Hollywood, pero de estrellas hongkonesas, que no las conoce ni Cristo. Bueno, Marta sí las conoce; Cristo, no. Y yo, sólo conocía a Bruce.
A ustedes no sé si les cansa trabajar, a mí me deja para el arrastre. Buenas noches, otro día sigo con esto.

Wednesday, February 25, 2015

Hong Kong IV: La feria de año nuevo

En cada barrio había una feria de año nuevo. En Hong Kong vendían, lo mismo que en Tokio, lo mismo que en Shanghái, la misma basura made in China, pero diez veces más cara. Aunque estaba llenísimo de gente, nadie empujaba. Es como si los mismos chinos que yo conozco se hubieran vuelto civilizados. Todo un salto al futuro.
En Shanghái una vez perdí los nervios -una señora me estaba empujando malamente al salir del vagón del metro- y me volví y le pegué un empujón con las dos manos que la desplacé un metro. Y volvió a por mí a empujarme de nuevo. Ya les digo, ni los chiquillos.
Toma pedazo de gusanos secos... Pepinos marinos. Deben tener muchas propiedades medicinales. Pero como dice Marta, que es todo sabiduría: cuando algo está malo, te dicen que es bueno para la salud, porque si no, nadie lo compraría. No he sacado tiempo en todos estos años para probarlos. Tampoco los abalones. Abajo se ve qué estupendos quedan al hidratarlos.
Un abuelo nos va a dibujar una cabra.
Y este otro hace caligrafía. No sé leer, pero probablemente está escribiendo un mensaje de buenos augurios para el año nuevo. Los chinos los cuelgan en la puerta de su casa y creen que les da buena suerte. Suelen ser dos tiras verticales y un rombo con la escritura cabezabajo. Y en papel rojo, tope buena suerte.
Cada dos minutos toda esta gente quiere subirse a un vagón de metro. Hacen una fila, dejan salir, y luego entran ellos. Como personas normales. En Shanghái la situación es diferente. Se agolpan junto a la puerta. No dejan salir a los que están dentro. Y unos luchan por salir, otros por entrar. No quiera coger el metro en hora punta con un rollo de papel de dibujo porque lo tendrá que tirar a la basura antes de llegar a casa. Alimañas.
Linternas de año nuevo


Tuesday, February 24, 2015

Hong Kong III: Mercado de animales

Junto al mercado de flores está el mercado de peces de colores y el de pájaros.
Se ven muy bonitos, pero qué pobres, supongo que cada día los están mareando metiéndolos en una bolsa nueva. Y vaya currito para el dueño de la tienda. O igual, los venden como churros. Asia no es como Europa, te lo quitan todo de las manos. Hay tanta gente, que siempre hay alguien dispuesto a comprar algo.
Desde que una amiga tuvo una tortuga que tenía la tiña, me dan reparo.
Qué triste la vida entre rejas, ¿eh, amigos?
Los grillos en Shanghái son una mascota muy apreciada, por la que se puede llegar a pagar hasta 600 euros (los grillos de pelea campeones), o simplemente, deleitarse con su canto. En Hong Kong sólo son comida-premio de pájaros.

Monday, February 23, 2015

Hong Kong II: Mercado de flores

El mercado de flores estaba animadísimo con motivo del año nuevo. Parece muy común para los chinos obsequiarse flores en estas fechas.
¡Se lo llevan todo! Las flores se me hicieron baratas. En Shanghái y en Amsterdam también son baratas. En España son un lujo. En general, todo es algo más caro en Hong Kong que en Shanghái. Excepto los pisos que son mucho, mucho más caros. Las cremas son más baratas. Y ustedes me dirán, ¡y a nosotros que nos importa! Na, era sólo por comentar.

Sunday, February 22, 2015

Hong Kong I: Edificios

Es difícil encontrar un extranjero en Shanghái que no haya estado en Hong Kong. A todos gusta.
Yo no había estado aún, porque es el sitio al que vas cuando tienes problemas con el visado, así que, siempre pensé: ya iré cuando me toque. Conozco a un tipo –uno bien loco, por supuesto- que ha ido por asuntos de visado lo menos 20 veces en los mismos años que he estado yo aquí.
Por año nuevo chino se pone el precio los billetes –en cualquier dirección- por las nubes; pero, sin embargo, había un vuelo barato a Hong Kong. Esos fueron los motivos por los que me fui a pasar el fin de año. En realidad, no me apetecía, yo tenía sed de más montaña, pero me costaba el doble ir a la montaña china que a Hong Kong. Me han dejado de interesar las ciudades.
Pues Hong Kong no está mal, aunque a mí, Shanghái me sigue pareciendo el verdadero y único Centro del Universo. Tenía una idea más glamurosa de Hong Kong que no se ha correspondido en absoluto con lo que he visto.
Hong Kong es uno de los lugares del mundo en los que más amasijo de gente hay. Es como una caja de cerillas a compartir entre 10. ¡Qué estrecheces! Viven hacinados. Por ejemplo, las puertas, normalmente tienen una anchura de un metro al menos. Pues en Hong Kong, son de medio metro. Viven en espacios muy reducidos, por eso están todo el día en la calle, porque no hay quien esté en casa. Los pisos tienen un precio prohibitivo. Y como no tienen suficiente espacio, los edificios son muy altos con cuartos pequeños.
Un ejemplo de ello son las fotografías de Michael Wolf (ya hablé aquí de él):
Como pueden observar, la arquitectura es un poco loca y confusa, lo cual hace una ciudad, cuando menos curiosa.
No le tienen miedo al color.
Abaratando, abaratando el costo de la construcción... Obtenemos la casita de hojalata. Si queremos algo más barato aún, nos tenemos que ir ya al cartón (eso se lo enseñaré otro día).
En Febrero hay una temperatura ideal, de 20ºC. Yo voy en manga corta, pero la gente local lleva un anorak de entre tiempo.  En las cafeterías anuncian cosas desconcertantes como: “Tómate un café bien calentito para templarte en invierno”. Debe ser porque en verano se asan.