Wednesday, May 30, 2012

Último fin de semana de mayo II.

El sábado era la fiesta del colegio, tenía que hacer presencia hora y media. La asociación de padres y alumnos me había enviado una media de 5 mails diarios y 3 visitas semanales  sobre la esquina de actividades artísticas.  Mira, le tenía ya una tirria al evento antes de que aconteciera… Llevé a Venus para que corriera en los jardines y le diera el sol, y así olvidarme de que era trabajo. Pero pronto sucedió lo que temía. Los niños empezaron a seguirla hipnotizados. Finalmente, encontramos un arbusto a la sombra donde escondernos.
El tiempo pasó volando y la dejé en casa para ir a comer con alguien. El lunch fue aburrido. Ay, es que, la gente es un tostón, ¡qué se le va a hacer! Y encima, pan duro: “panini ecológico” de harina blanca, vaya morro. Barra de pan duro pasado por el grill. Y se los quitaban de las manos, una fábrica de paninis era aquello. Ya me dirán qué necesidad tengo yo de salir de casa para quedar con gente que no me interesa y comer pan duro.
Después seguí buscando heno porque estaba agotado en el supermercado al que había ido el día anterior. Me fui a la otra punta de la ciudad, al mercado de Laoximen. Había un ambientillo total. Es la temporada alta del grillo; igual estaban a la venta ese día más de 3000 grillos, en unas ristras de cajas de mimbre. Había un cri-cri a todo volumen estremecedor. Para los chinos, es símbolo de buena suerte, para los occidentales, de jaqueca. A mí me da buen rollo escuchar cantar a Capitán cada día puntualísimo a las seis. Es como lo de despertarse con el canto del gallo. Encontré heno del bueno; la alfalfa, Venus dice que se la dé al hámster. Se la tuve que comprar a la vendedora de chinchillas, porque los tres puestos que había de conejos han cerrado. No me extraña, todas las personas que conozco que han tenido un conejo se les ha muerto. Hay una mortandad muy alta entre los conejos, en parte por ignorancia de los humanos, porque son muy delicados.
Como novedad, había unas ratas bebé de 3 cm de longitud, eran rosas, desnudas.  También había unas ardillas-rata que no había visto antes. Daban escalofríos: tenían todas la sarna, habían perdido cantidad de pelo; eran muy agresivas, saltaban como fieras salvajes en la jaula, sus dientes afilados, sus ojos enloquecidos.
Vi dos mini-bonsáis y no me pude resistir. Debe ser el ansia de naturaleza en la ciudad.
Quién me lo iba a decir, me gustan los mismos juguetes que a los abuelos chinos.
 Mi jardin en miniatura

Sunday, May 27, 2012

Último fin de semana de mayo I

Me gusta mucho más la peluquería de Venus que cualquier otra a la que haya ido yo. Salen todos monísimos. Me pregunto si peinarán humanos. Me dijeron que bañar un conejo antes de que cumpla un año es peligrosísimo, muchos se mueren. Glups, no lo sabía.
No tenía nada de fe en la limpieza en seco, estaba muy equivocada. La frotaron por todos los lados con unos polvos. Hasta en la tripa, que a mí nunca me ha dejado vérsela porque es muy pudorosa. Por cierto, tiene barriga. Luego con un secador que echaba mucho aire y un cepillo muy ancho, le quitaron todo el polvo. También le cortaron las uñas –entre tres- Marta y yo juntas no lo conseguimos. Tenía unas uñas de Nosferatu que la hacían patinar en casa. También le cortaron los pelos díscolos. Vamos, que salió estupenda, hecha una bola de pelo blanco, acolchada, olorosa. Estaba para comérsela.
 La peluquería está en una gran superficie en la que venden cosas de mascotas. Como siempre, el heno estaba agotado. Como todos sabemos que el heno siempre está agotado, cuando la gente va, carga con sacos y sacos, y no hay donde meterlos en casa. Al irnos me dijo que quería una mascota. Le dije que si se había vuelto loca, que ya tenía un grillo, y a ver si se creía que íbamos a montar una sucursal del zoo en casa. Hizo oídos sordos. Además, ¿quién le va a limpiar la jaula? ¿Se la vas a limpiar tú? Un hámster, quería un hámster, y quería un hámster. Como no puedo negarle nada, le compré uno, ¿qué voy a hacer?
 Rayito tiene dos meses y mucho carácter. Creo que está cagadito de miedo entre las dos gigantas, por eso se pone de pie, alza las patas, enseña los dientes y emite un chillido de rata chunga que nos pone los pelos de punta a Venus y a mí. Ya le he dicho: "No te quejes, tú eras la que quería un hámster".

Thursday, May 24, 2012

El pescado desaparecido

Estoy en clase y oigo en el cuarto contiguo de lavar los pinceles: ”Fish, fish, fish!”. Al cabo de una hora viene la señora de la limpieza y me dice que ha perdido un pez, que seguro los alumnos se lo han tirado por la ventana. Intento recordar las voces que hablaban de un pez, 4 sospechosos. La señora de la limpieza estaba secando pescado en clase, colgado en una percha junto a la ventana. Ni más ni menos. Yo flipo
Al final del día ya tengo al sujeto, no estaba entre los sospechosos. Un buen chico, un japonés de 16 años, voluntario hasta para poner la mano en el fuego.
Al día siguiente, cuando lo veo le pregunto por qué ha tirado por la ventana un pez que no es suyo. Y dice que no lo ha tirado, que lo guardó en su taquilla. Esto me deja aún más perpleja. Indago más. Dios mío, el niño rico japonés, robó un pescado ¡para comérselo! Un pescado de río contaminado, un pescado seco de lo más dudoso –que yo no me hubiera atrevido a probar, y eso que le muerdo hasta a la pata de la silla. Y se lo robó a la señora de la limpieza, siendo para ella seguramente una delicatesen que le iba a durar todo el verano. ¡Para comérselo! Si hubiera sido para hacer el gamberro lo entendería.
Se lo devuelve, le pide perdón. La señora de la limpieza lo mira con recelo. ¿Se lo comerá?
Faltan 3 semanas para las vacaciones, no puedo más. Los chiquillos son agotadores. Esta mañana cuando ha sonado el despertador quería que me tragara la cama. La semana que viene es el desfile, se están quemando los motores de las máquinas de coser de la caña que les dan, no acaban, no acaban. Algunos no acabarían ni en 3 meses más. Y como no acaban, los tengo todo el día en clase, ya no van a las otras clases, desde las 8 a las 4, sin pausa ni para comer, y me miran fatal cuando les digo que me quiero ir a casa a las 4. Qué tiranos.

Tuesday, May 22, 2012

La obra maestra desconocida

Es una novela –cortísima- de Balzac ambientada en el siglo XVII. Va de maestros pintores y aprendices. Sobre lo chungo de prestarse la modelo, porque la modelo y la amante coinciden. Pero si es por el arte… si es por un amigo…  El pudor, la fidelidad. Sobre el ideal femenino y cómo pintar a una mujer muy bella si no hay una delante. Cómo imagina uno el efecto de la luz sobre el cuerpo. La necesidad de que el arte interprete la realidad en lugar de ser su mera copia.
El protagonista necesita una mujer perfecta para acabar su pintura: una cortesana. El final es inesperado.  Muy gustosa para el que disfrute el hecho pictórico.


Sunday, May 20, 2012

Rasca, rasca

Si me llegan a decir lo que me iba a gastar en veterinario al comprarme un conejo igual no lo hubiera comprado. (Aquí, entre nosotros, sin que lo oiga Venus) El Sr. X dice que no me queje, si tuviera un novio chino me saldría mucho más caro que Venus.
Estos últimos días, veo que le están saliendo dos calvas y tiene unas pequeñas costras blancas. ¿Qué será, qué será? Luego, me salen pequeños abones, que pican que flipo. Rasca, rasca. ¡La sarna! ¿Pero cómo? Si eso era una cosa que pasaba en la Edad Media, ¿no?
He vuelto al hospital de conejos, porque no conozco otro sitio y la otra vez la curaron muy bien, pero sablazo de nuevo. Le han puesto una inyección de 350 yuanes, a ver, que ¡esto es China! Y lo peor de todo es que igual tengo que volver.  Me han dado un frasquito de medichina-china que huele a piruleta de fresa y le encanta. Y sé que le encanta, porque la otra vez le pasaba algo distinto pero me dieron la misma medicina. Si la dejo se bebería un vaso entero.
Hoy se ha portado muy bien y en el restaurante le han dado una rodaja de zanahoria. Luego, hemos ido a unos jardines muy bonitos y nos hemos hecho una foto de posado sarnoso.
Se ha quedado fascinada con los estanques agua-espejo, y parecía que de un momento a otro fuera a saltar.
Sus tíos… ¡ay, sus tíos! No sé si la quieren lo suficiente, sólo por estar sarnosa no querían ni tocarla, habrase visto.

Friday, May 18, 2012

Pina

Pina es un documental -del 2011- de Win Wenders sobre Pina Bausch. Lo está rodando y se muere de repente. Se quedan todos ¡chof!, y lo concluyen como pueden.
 Como documental: psa; lo que pasa es que soy una fan, fan, fan de cada cosa que ha hecho esta señora. Lo que tiene de bueno es que reúne fragmentos de sus coreografías más populares, impecablemente interpretadas por sus bailarines.
Lo malo, que estás esperando que los bailarines digan “algo”, algo de algo. Pero, este es siempre mi error, los bailarines no dicen, los bailarines bailan. No le pida peras al olmo.
Trailer de Pina: http://www.youtube.com/watch?v=CNuQVS7q7-A
Strengh and Beauty: www.youtube.com/watch?v=D_0kvICz1ac

Tuesday, May 15, 2012

Fin de semana de cumpleaños II

La amiga de M lleva 5 años en Pekín, y dice que se quiere ir a Europa para tener calidad de vida. Y que si los chinos bli, que si los chinos bla. Y vamos, lo de siempre, que los extranjeros ligan mucho con las chinas, pero las extranjeras con los chinos, no. Es que, a las chinas todo lo que suena a dinerito las fascina. No tienen una idea romántica del amor, sino, del bienestar material. Su amante, su novio, su marido, el padre de sus hijos, puede ser cualquiera que tenga más dinero que ellas. Por otro lado, a los chinos, las extranjeras les asustan. Demasiao carácter, demasiao cuerpo, demasiada iniciativa, demasiados años, más dinero que ellos, el fumeque, el beber, la independencia... Hace no mucho leí un artículo en ‘That’s Shanghai’ que decía que los shanghaineses estaban buscando esposas en el interior de China, porque las shanghainesas ya no les gustan. En China, tienen fama de mujeres de negocios, mucho más independientes que las de las provincias, y vamos, que hacen lo que les pica. Todos estos cambios en apenas 15 años resultan indigeribles para muchos chinos. No impondrán su criterio o expresarán su opinión abiertamente, como un árabe o un latino; simplemente, no existes para ellos.
Claro, que siempre hay excepciones, hay extranjeras y extranjeras. A algunas las mandas a Marte, y allí: las micro bacterias, los pedruscos, el nitrógeno… pues triunfando entre las micro bacterias.
 Al día siguiente, después de comer con Cristóbal me fui al mercado de piezas y cosas relacionadas con la costura y al mercado textil. A veces, pasan dos meses sin ir, pero lo normal es que vaya fin de semana sí, fin de semana no. Casi nadie os dirá esto, pero para mí, estos son dos de los lugares más emocionantes de la ciudad. No importa las veces que haya ido, siempre descubro algo nuevo. Me llevé a casa unas telas más, y cosas diversas para hacer experimentos de acolchado.

Monday, May 14, 2012

Fin de semana de cumpleaños I

El viernes le di a Venus su primer baño al llegar su 6 meses cumpleaños. Bueno, porque estaba un poco sucia básicamente. Estaba preparada para la lucha, pero se portó de maravilla, creo que incluso le gustó, pero hasta que no empiece a hablar no lo sabré. Mojada está hecha una rata, pobrecita. Luego, la sequé con el secador porque tiene una barbaridad de pelo, y al final se agobió un poco.
El fin de semana celebré dos veces mi cumpleaños. El sábado en un coreano con los amigos. El domingo en un chino con Cristóbal, que trabajaba el día anterior. En ésta ciudad, la gente me regala siempre cosas extrañísimas. Mi mejor amigo me regaló una botella de aceite de oliva, me quedé sin habla. A ver, no es que me parezca mal, sólo faltaría siendo un regalo. Pero, una botella de aceite de oliva, oigan. Será por lo de los españoles y el aceite. Menos mal, que no me regalaron un toro, dónde lo pondría.
Después fuimos a tomar algo y como cada fin de semana, coges un taxi, vas a un local, y no hay silla en la que sentarse, y luego, vas a otro y a otro, y así pasas la tarde.  Es una cuestión proporcional: a más población, más individuos planean ir al mismo sitio que tú a la misma hora. Ésta vez, encontramos sitio en una terraza de un edificio. Me encantan las terrazas en lo alto de un edificio, cuánto más altas, más me gustan.
Una amiga española de M que vive en Pekín, estaba en Shanghái por trabajo, y se alojaba en el Ritz. Fuimos a verla. Los botones del Ritz son très chic. Llevaban unos pantalones de pinzas grises que eran anchos  por arriba y luego estrechos por abajo. ¿Pueden unos pantalones de pinzas grises ser bonitos? Afirmativo. Bonitos y modernos. Y sólo una hora antes yo no lo sabía. Las camisas eran blancas, con cuello mao, manga ancha y puño estrecho. Llevaban tirantes, y una gorra-boina gris. Iban como un pincel, todo tenía buen corte, buenos tejidos, y además, modernos, y ya veis, botones de un hotel. Pero el de recepción no corría la misma suerte. Llevaba un frac, demasiado corto, y le daba un aire un pelín ridículo.
Fuimos a la cafetería: clásica, confortable, inmejorable vista, sablazo por la consumición. Es lo que tiene Pudong: vienes, ves las torres, todas compiten por tener los garitos con mejor vista y despliegue de lujo. He ido muy pocas veces a Pudong desde que vivo aquí, pero un par de veces al año se disfruta.
En directo no me doy casi cuenta, pero cuando lo veo en foto, el cielo es definitivamente gris.
Anocheciendo.

Thursday, May 10, 2012

Bolso #1

Me he hecho un bolso. La costura es la drrrogaaaaaa. El que empieza no puede parar.


Wednesday, May 9, 2012

La peluquería de Prados Verdes

Segundo día del puente. La herida en el dedo todavía me domina. Pienso que es mejor salir de casa para pensar en otra cosa, pero me tengo que lavar el pelo y darme el tinte.
Me acuerdo que en el mismo Prados Verdes, sólo dos portales más allá del mismo hay una peluquería que da miedo. En general, soy recelosa de todas las peluquerías; pero de ésta en especial. Es un cuarto de la portería del edificio. Los peluqueros son los porteros. Tiene fotos tan pasadas de moda que casi están de moda. Pero está a un minuto de casa, y lavar, aplicar el tinte, no tiene ningún misterio.
Entro. Tienen dos sillas y un lavadero de cabezas. Llevo en la mano el tinte comprado en España. Pregunto cuánto vale lavar, echar tinte y peinar. Lo pregunto, porque, por la misma operación me han llegado a pedir 35 rmb o 600 rmb, dependiendo de la peluquería. Tan mal o tan bien te lo pueden hacer en una peluquería cara que en una barata: es cuestión de suerte. Me dice que 20 rmb. Qué barato, qué sospechosamente barato.
Le doy el tinte. El embalaje es idéntico al del tinte chino. El peluquero lo mira y se rasca la cabeza. Me pregunta: “¿Cómo?”. ¿Cómo que “cómo”? No comprendo. Dice: “Sí, a ver, ¿tal cuál? ¿O lo mezclo con agua? ¿Lo mezclo con champú?”. Ay, ay, ya empezamos. No sé cómo se dice revelador. Le digo que ahora vuelvo. Cojo en casa la botellita de revelador para la mezcla.
Entonces me dice: “Esto es muy poco”. No es muy poco. Siempre se pone lo mismo, en España, en China.  A no ser que tengas una melena que te llegue a los pies. Y luego me pregunta: “¿Cómo se da el tinte?”. Apaga y vámonos. Ya empiezo a saber por qué vale 20 rmb. Ellos trabajan, pero tú les das clases. Hago tosca demostración con una sola mano. Él hace un gesto de haber comprendido, cómo si lo hubiera visto en una película, en otra vida. Aplica el tinte en menos de dos minutos, por aquí sí, por aquí no. Pienso que en cualquier caso es mejor de lo que iba a hacer yo con una mano y sin ganas. Si no queda uniforme, ya me lo daré yo la semana que viene otra vez.
La peluquería está decorada con estilos de peinados de los ochenta en China. Los reconozco por las películas que he visto. Casi todos llevan ondas o permanente. Las fotos están descoloridas, pero la peluquería hace sólo unos meses que ha abierto. Me pregunto si por estar pasadas de moda las compraron más baratas o, es que, les gusta el estilo.
Saco un libro. Entonces, se sienten mal por mi pobre entretenimiento. Enchufan la televisión y la ponen a todo volumen, qué tortura. El peluquero quiere darme palique. Primero los toros, luego el fútbol. Están sacando no sé qué circunvalación de qué ciudad del interior iluminada como la feria. Me comenta lo bonito que le parece. Me cuesta concentrarme en la lectura con la tele tan alta.
Finalmente me lava la cabeza.  Entonces, raudo y veloz coge las planchas. Pero ¡qué ocurrencia! Pretende plancharme el pelo mojado. ¿Es que no sabe que se chamusca? No puede creer que no quiera, si las planchas son lo mejor, a su juicio. Le digo que secador y cepillo. Dice que entonces, lo hace su mujer que es la experta. Su mujer me seca todo el pelo de golpe con aire y sin cepillo. Uf, esto va mal, menudos pelos me va a dejar. Dice que espere, que espere. Cuando está todo seco, revuelto y crespado a más no poder, agarra el cepillo y me hace dos tirabuzones, uno a cada lado de la cara. Parece una broma. Me levanto y me voy.  Subo a casa, y me mojo el pelo.
Esto resume el crecimiento chino. Todo el mundo está haciendo negocios aunque no tenga ni idea. ¿Vosotros imagináis a un español abriendo una peluquería sin saber cómo se aplica el tinte ni cómo se seca el pelo? Es absurdo. De hecho, en España pasa lo contrario, la gente tiene el conocimiento, pero pocas veces lo aplica. En China, sobre todo en el interior o entre los muchos que no pueden acceder a la educación, hay una ignorancia profunda.
Me voy al mercado de flores. Tengo un antojo muy grande de un árbol. Los árboles dan buen rollo. Me compro este bonsái de dos pinos chinos. Me encanta. Pero cuando llego a casa me doy cuenta de que no tengo dónde ponerlo. No existe peana suficientemente alta para quitarlo del alcance de la boquita de Venus. Sí, una mesa, pero no voy a comprar una mesa para ponerlo, y lo que ocupa una mesa.

Sunday, May 6, 2012

El puente de Mayo

Tenía tantos planes para el puente de mayo. Cuatro preciosos días de vacaciones. Iba a ir a Tulou. Pero a la vez era el Strawberry festival en Shanghái. Entonces, ya iría a Tulou en verano. También iba a acabarme una blusa, empezar una falda, dibujar, organizar la casa… Acción, en una palabra.
Sábado por la mañana, un día primaveral. Me levanto a las ocho, ¡hay que aprovechar el puente! Todo va bien. Pongo música, cualquier cosa, vuelco un montón de carpetas al reproductor. Me hago un zumo. Sólo me queda un cacho de zanahoria que triturar y la licuadora ya está llena de estopa. Este trozo de zanahoria lo voy a exprimir como que me llamo yprh, y a ser posible sin tener que vaciar el aparato. Ñiñññiñññ…ñññiñññiiii…ññiñññññ… Nada, no se desintegra, hay que limpiarla. Espera…  a ver si abriéndola por un lado, meto un poco el dedito, ya estoy haciendo espacio, ves como funciona, un poco más, a ver... ¡¡¡¡¡¡¡Aaaaaaaggggggggrrrrr!!!!!!! ¡Qué dolor, qué dolor, qué dolor! ¡Aaahhh! ¡Uuaaahhhhh! En ese mismo momento suena la canción esa de Alaska de la revolución de los electrodomésticos, os lo juro, la que dice: “La lavadora se ha vuelto asesina, le nevera me quiere comer…” o algo así.
Este fue el temprano final de todos los planes para el puente. Hasta un niño sabe que no hay que meter el dedo en una licuadora enchufada. El aparato me llevó un trozo de carne, a ver no mucha, pero era mía, y me ha averiado la uña. El sábado lo pasé flipando de dolor en la cama porque los calmantes chinos son una porquería. No me atreví a ir al hospital porque me sentía morir y sólo imaginar que me fueran a coser me daba pavor. Ahora sé, lo mal que actúan en las pelis, cuando les pegan un tiro, se echan una mano a la herida, y hacen: “Ah” o “Uh”. Esos actores no saben lo que es el dolor, no han metido un dedo en la licuadora.
Los días siguientes fueron como si mi vida se hubiera ido en ese trozo de carne de dedo y sólo quedara yo allí sosteniendo mi cuerpo. Por suerte fue el dedo izquierdo, pero, con una sola mano, no se hace nada en el mundo, ni se dibuja, ni se cose ni ná.
 El dedo una semana después.

Friday, May 4, 2012

Hola Venus

Desde el día en que hablé con Venus de coneja a coneja, nunca más me ha vuelto a morder. Entonces, empezó la época dorada de nuestra convivencia. Pero me iba a Filipinas, y la dejé en casa del Sr. X, a sus cuidados. Mientras estaba de vacaciones recibía mails que decían: “Se ha acabado el heno”, “Le ha dado una patada al bol con pienso y lo ha tirado todo”, “Me ha mordido un dedo y duele mucho”, “Me da miedo cepillarle el pelo, mejor la peinas cuando vuelvas tú”, “Llora”, “Hace días que no bebe y no come”...  Por un momento pensé que a la vuelta me iba a encontrar el fiambre de un conejo…  y ya hubiera sido el tercero.
Del aeropuerto fui directamente a casa del Sr. X a rescatar a Venus. Durante dos días no comía y no bebía. Con el apetito que tiene, por los clavos de Cristo. Tampoco brincaba, todo el día echada, apática.
Finalmente la llevé al hospital, le hicieron una radiografía y me lo pusieron fatal, ¡no le daban esperanza de vida! Qué disgusto, qué disgusto. El Sr. X le había dado todo el heno al principio, y el pienso seco le había preparado un atasco tremendo. Y no es culpa del  pobre Sr. X, sino, de lo delicados que son los conejos. Hay que leerse una enciclopedia sobre el mundo del conejo antes de comprarse uno. Total, que el vendedor me dijo: pienso y heno. Y en internet, leí lo mismo, pero en una web que decía que el pienso es el alimento básico y el heno, para alternar. Pues bien, el doctor me dijo, que nada de eso, que el pienso es muy malo y hay que darle poquísimo, y el heno abundante. Y luego, que cada día me pedía más y más. Parece tan hambriento éste animalito.  Y, ciertamente, miraba el bol de pienso, e intentaba imaginar la capacidad de su estómago, y algo no cuadraba. 
Venus tenía completamente bloqueados los intestinos, las heces habían generado metano y otros gases que la estaban envenenando. Total que la tuve que ingresar y se pasó una semana enchufada a una máquina. Si al final era capaz de volver a beber y a comer, sobreviviría. Me hicieron firmar un papel que decía que si se moría no era su responsabilidad y me salió la broma por un ojo de la cara. Loco país, el hospital de humanos es tan barato y el hospital de conejos tan caro.
En casa le tenía que dar dos medicinas: la de fresa me la quitaba de las manos, pero el laxante, un mejunje pegajoso, era una pelea cada vez. Tan a la fuerza que al final siempre acababa en su pelo, y es purito pegamento
Pero lo único importante de todo, es que, Venus ha recuperado su salud, y semanas después ha vuelto a brincar.
Mirad con qué gracia cruza la patita.

Wednesday, May 2, 2012

La cocina filipina

Los sabores filipinos no son extraños al paladar. Es todo comestible, pero casi nada delicioso. Mi impresión ha sido: la tosquedad. Se ponen de arroz hasta las cartolas. Los chinos llevan la fama, pero qué va, los que comen arroz en todas las comidas y con cualquier plato, son los filipinos. Es como para matar una gran hambruna.
A veces, recuerda a la cocina española, o es, cocina española, como los calamares fritos (Por cierto, que era la época del calamar y los hacen muy bien). Otras, se parece a platos de los países vecinos.
La estrella es el Adobo, un guiso de pollo, que casi, también podría ser español. Si no pones voluntad, al final, todo se reduce a pollo con arroz. A ver, malo no está. Otros platos famosos son Crispy pata, que como su nombre indica, es una pata de cerdo bien asada y crujiente-gomosa. El postre nacional es el Halo-halo, una copa lechosa, con hielo picado y muchos tropezones: gelatina, legumbres, fruta, maíz, cornflakes, helado... Es malo. Es tosco. Es demasiado de todo sin ton ni son. Copas de hielo picado las que hacen los tailandeses, y ¡hasta los chinos!
Hay mucho pescado a la parrilla o al vapor, casi como en España, lo que pasa que los peces de agua caliente no tienen mucho sabor. Y luego, preparan una salsa de mantequilla rancia… Y eso, mi gozo en un pozo, un pez insípido bañado en mantequilla rancia. Las ensaladas no son lo suyo, el tomate, el pepino y todo eso, allí es como el corcho.
Fui a Kalui, en Puerto Princesa, se supone, el mejor restaurante de Palawan. Allí fue donde probé el mejor plato filipino en mis vacaciones: Esta anguila en leche de coco me transportó a otro universo.
El camarero me recomendó la tempura de pescados, y no tenía que haberle hecho caso. A ver, mala no estaba, pero seguro que me perdí algún otro plato del mismo caché que el de la anguila.
 Esto lo probé en otro restaurante, y era otra maravilla, una sopa de pescado con dumplings de carne y pescado dentro. Maravillosa.
El orgullo nacional son los mangos, fabulosísimos mangos. Pero las otras frutas no son menos. Aquí una ensalada de frutas.
De izquierda a derecha y de arriba abajo: Guayabano, coco, jackfruit, melón, papaya y plátano.


Tuesday, May 1, 2012

Filipinas: Palawan: Sabang

Sabang está a una hora y media de Puerto Princesa. Es conocido por el río subterráneo, hasta hace poco el más largo del mundo, pero han descubierto otro en Laos.
Jo, el guía me dejó llevar la linterna y lo pasé pipa. Había muchos murciélagos, que deben vivir allí felicísimos, a pesar de las frecuentes visitas de turistas. Afuera, la selva. Los monos chupan bolsas de Doritos en la basura. No me gustan los monos, son agresivos.
 La playa de Sabang no es nada desdeñable. Igual es porque era un día de lluvia y se estaba de maravilla. Yo no sé, cómo a la gente no se le recalienta el cerebro cuando se pasa el día al sol.