Quizá lo más relevante de Yakushima es el bosque Shiratani
Unsuikyo. Es un sitio flipante. En esta isla, llueve prácticamente todos los
días. El bosque es extremadamente húmedo y está todo cubierto de musgo.
Un Jomon Sugi arriba (la foto es de la wikipedia)
El paseo fue un palizón total. El camino tenía una ruta básica
y dos desviaciones que triplicaban el recorrido. Tomé el camino básico. Es un
lugar mágico, y la naturaleza parece estar palpitando, más viva que nunca. Y si
al principio me paraba en cada piedra, en cada rama para la contemplación, la
cosa acabó en tortura. ¡No se acababa nunca! Para arriba, para abajo, para
arriba otra vez, y para abajo, cruzar río, cruzar río, y otro río, ¿pero
cuántos ríos tiene una montaña? Lo menos crucé el río ocho veces y fue un
milagro que no acabara en él. Empezó a llover. Las piedras con musgo y la
madera, bueno, todo era un patinete. Adivínenlo, una vez más iba con unas
zapatillas bonitas en vez de con unas botas que se agarren al terreno. Pues
eso, que sólo hice el recorrido básico y tardé cuatro horas. Me perdí los
cedros de 3000 años. Estaban a otras cuatro horas de distancia (ida y vuelta a
pie). Me dolían hasta los cordones de los zapatos.
En el bosque había muchos animalitos. Muchos pájaros,
ciervos y hasta monos.
El mono fue visto y no visto. No me dio tiempo ni a sacar la
cámara, bastante tenía yo con poner el pie en cada piedra. Pero era como el de
la foto de abajo.
Quería haber ido temprano al bosque, pero el primer autobús
salía a las ocho y media. Cuando quise
regresar me dijeron que tenía que esperar ¡dos horas al bus! Tenía la ropa
mojada y no hacía nada de calor, ¡qué bajón esperar allí dos horas! Me fui al
parking. A los primeros que llegaron les pregunté si iban a Miyanoura y les conté
la pena mora. Era una pareja joven y me miraron con recelo. Me pareció
divertido que les pudiera parecer una chunga o peligrosa, ja, ja. Lo hablaron
en japonés entre ellos y accedieron. Ella conducía, me dijeron que me sentara delante, y él iba detrás, vigilando. Me parto.
Ya estaba de vuelta. ¡Hurra! Quería ir a la playa en la que
anidan las tortugas. Pero miré los autobuses y no era posible hacerlo. Mi ferri
salía a las cinco de la tarde. Los autobuses en Miyanoura salen, y regresan 5 o
6 horas después. Sin coche no se hace nada. Casi dos días allí, y lo único que pude ver
fue el bosque. Aún así, me alegro mucho de haber ido a la isla.
Caminé hasta el puerto, y por el camino me compré una bandeja
de cedro muy bonita. Mmmme encanta.
Imágenes de la Princesa Mononoke, inspirada en Shiratani
Unsuikyo:
Es muy bonito, como de cuento europeo.
ReplyDeleteEl musgo me encanta y que llueva cada día también.
Aquí no llueve y los días se parecen los unos a los otros.
Yo creo que ahorran en nubes. Adoro las nubes.
las fotos son más bonitas que los dibujos animados. vaya excursión más guapa.
ReplyDeleteGracias. Pero la 'Princesa Mononoke' es un flipe, una de mis favoritas de Miyazake. Si no la ha visto, no se la pierda.
DeleteHuy si yo me había perdido este post!
ReplyDeleteNo me pegues pero a la princesa mononoke le sobra una hora, es más larga que un día sin pan.
Los vuelos primero suelo mirar en rumbo o edreams y según lo que sea más barato luego me voy a mirar a la página de la aerolínea concreta. Pero la verdad es que hace tiempo que no compro billetes para ir a España, me los compra la empresa. Cuando fuimos en año nuevo chino compramos el del Charley, estaban caros pero pensé que era por el año nuevo chino. Acabo de mirar para el verano y sí que están caros... horror. ¿Crees que un poco más adelante harán alguna promoción? Es que me extraña que no aparezcan ni los de aeroflot como más baratos...
¿Queeé le sobra una horaaa? Mejor que no se entere Miyazaki de esto que lo mandas a la tumba.
Delete200 euros de más por la cara? Pues no, nunca me había pasado. Pero mira a ver si en rumbo/edreams no te están diciendo el precio final, yo cuando quise comprar el billete de C. el precio final eran 50 euros más del que me habían dicho. 50 euros de gastos de gestión y por pagar con tarjeta!! me cabreé tanto que hice que una de la oficina me comprara los billetes en una agencia.
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