Ays, qué mal planeé este viaje, pero qué mal calculé las
distancias y tracé el recorrido.
Kyushu tiene aproximadamente la extensión de Cataluña. Me di
cuenta de que en cada rincón había bastantes cosas que ver, y no hacía falta
haber ido de lado a lado. Y que casi todos los trenes pasan por Fukuoka.
En Kagoshima, no vi nada de la ciudad, pero hice escala dos
noches. Encontré un hostal increíblemente barato –de lo que no existe en
España- ¡y limpio!, a pocos metros de donde sale el ferri para las islas. Ya
sabía que el sitio más barato en Japón iba estar mejor que un alojamiento que
en China costara el doble o el triple. Una habitación en un dormitorio
compartido. Pero lo que no sabía es que estaba compartido ¡con 9 tías más! ¡Qué
superpoblación! Y que había sólo dos duchas y un lavabo a compartir… entre unas
25 personas. Por lo demás, un sitio muy agradable, la gente muy tranquila y
todo bien. El secreto de supervivencia en los dormitorios compartidos es:
dormir abrazado a la mochila con el pasaporte y la pasta, tener un sueño a
prueba de bombas, y levantarse el primero. Porque si no, cada uno que se vaya
levantando te despertará y ocupará la ducha. Así que, me levanté a las cinco.
Toda la ducha y el lavabo para mí. Había dos japoneses de más de 50 años que
vivían allí, en el dormitorio compartido, y a las seis de la mañana se hacían
unos huevos en la cocina. Tenían el aire de que un camión hubiera pasado por
encima de ellos, y ahora, la vida después de la muerte, se viera con otra
perspectiva, con otra serenidad.
El volcán activo Sakurajima en frente de kagoshima ¡y me fui sin verlo! Con lo que me chiflan los volcanes.Cuando fui al puerto y me dijeron el precio del ferri de alta velocidad, me dio un vuelco el corazón. Estás en Japón en el campo y te dices: “Japón no es caro”. Hasta que quieres coger un transporte de alta velocidad, porque no tienes tres meses para recorrer Japón en burra. Había ido hasta Kagoshima para coger ese ferri: si no voy a Yakushima me da un perrenque. Así que, compré un billete de ida y vuelta. Había reservado para dormir al día siguiente a los pies del volcán Aso, pero me di cuenta de la falta total de realismo de mi plan y lo mandé a paseo (O sea, me cobraron la habitación sin dormir en Aso).
El volcán Sakurajima al fondo.
En dos horas llegamos a Yakushima.
bueno, bueno, poco a poco, ya vamos llegando a Yakushima... ya. se ve ya?
ReplyDeleteChica con todo lo que cuentas parece que hubieras estado un mes allí! Sí que te dio de sí el tiempo!
ReplyDeleteUn estrés de vacaciones que no veas... ja, ja.
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