Es
un documental del 2010 de Lixin Fan. Un documental que parece una película. Y
retrata el día a día de la miseria habitual china. Año nuevo chino, 130
millones de emigrantes chinos quieren volver a su hogar: ¡Es la guerra, más
madera! Esta es la migración humana más numerosa a nivel mundial. Todos los
billetes vendidos. Esperan el último día para ir a taquilla y ver si consiguen
un billete de los devueltos: lo logran, hurra, verán a sus hijos. La
pelea para subir al tren, gritos, gente aplastada llora de impotencia. Se pegan
por subir para poder colocar su equipaje, porque los chinos van siempre
cargados hasta los dientes.
Los
protagonistas son una típica familia china: los padres de una zona rural en la
provincia de Sichúan en los 90’s, pobres como ratas, sólo quieren ganar dinero,
tener un futuro mejor. Se casan muy jóvenes y tienen un par de niños para asegurarse
la jubilación, como es costumbre. Los dejan al cuidado de sus padres en el
campo y ellos se van a trabajar a una fábrica a Cantón. Pues eso, trabajar,
trabajar y trabajar, volver a su casa por Año Nuevo chino, los niños ya son
adolescentes y para ellos sus padres han sido sus abuelos. Mosqueo y rabieta
adolescente. La hija es igual que su madre, no es mucho más lista. Típica
obsesión de padres chinos que los niños estudien hasta caérseles los ojos para
tener un futuro mejor que ellos. Y la hija, que ya no quiere estudiar, que
tiene 16 años y la idea de trabajar en una fábrica le resulta muy atractiva. En
vez de recoger maíz y dar de comer a los cerdos, trabaja en una fábrica
cosiendo vaqueros y el fin de semana puede ir al centro comercial y comprarse
un vestido e ir a la peluquería a hacerse tirabuzones. Qué divertido. Los padres se desesperan. Pelea familiar. Al final, la hija se
va a trabajar a Shenzhen de camarera en una discoteca, después del maíz y los
cerdos, creo que el trabajo de camarera le parece un flipe. Y aquí se acaba la
historia: de padres gatos, hijos michinos. Así, sin muchos aspavientos, es un
buen retrato de un numerosísimo grupo social chino.
Esto
me recuerda que el temido Año Nuevo chino se acerca, preferiría que no existiera. Tan
malo es viajar como quedarse en casa, porque, o bien te aplastan, o bien te
bombardean con tracas día y noche durante una semana. El Sr. X tiene claro que
quiere huir fuera de China. Está mirando vuelos y está todo caro, porque todo
el mundo tiene ya billetes desde casi, casi, el año pasado. A ver qué
encuentra. Yo, si me va a costar un vuelo de un par de horas como un billete a
Europa, igual me tapo con el edredón e hiberno hasta que tenga que volver a
trabajar.
vaya alegría de documental. pero bueno, la vida es así. no todo el mundo tiene unas aspiraciones elevadas. la mayoría tiene (o tenemos, me incluyo) miras algo más elementales. a veces desesperadamente elementales.
ReplyDeleteno me hable de hibernar, estoy drogado de paracetamoles y tengo un sueño que me caigo.
Ahora en España trabajar de peluquera e ir a un centro comercial es un sueño para mucha gente.
ReplyDeleteParece interesante. Hace mucho que no veo una película china no comercial.
ReplyDeleteLa verdad es que por una parte se puede entender a la hija, ahora mismo en China estudiar una carrera no te asegura un futuro mejor, y dejarte los ojos estudiando para luego ganar 3.000 yuanes al mes en Beijing o Shanghai, que no da ni para vivir... mejor le iría montando una tienda en Taobao, jaja.
RE: no sé qué van a hacer con la contaminación, va a llegar un momento que la situación va a ser insostenible. El jueves o el viernes las mediciones de PM2.5 pasaron de 200 en Shanghai.
Pues estamos buenos todos!
ReplyDeleteDos años nuevos no te quejaras chica!