En Bilbao

¡Jo, qué mal me ha sentado España!... sólo desde un punto estrictamente médico, claro. Creo que estoy hecha a los virus chinos y ahora los españoles me resultan amenazantes. Llevaba un año hecha un roble, y fue llegar a España y cultivar un catarro malo durante tres semanas. Por otro lado, el día 1 me fui a Bilbao y estuve sin moverme de un sofá 3 días con un virus gastrointestinal. El piso de mi hermano parecía un hospital. En el mismo estado estábamos los tres, y enseguida supimos de otro comensal asistente a la cena de Nochevieja que también había caído. Estábamos afectados los cuatro que habíamos comido ostras. A las ostras, que por cierto estaban riquísimas, decían que no les pasaba nada: yo creo que algo les pasaba, pero como no soy de ciencias me cuesta entender el mecanismo de la naturaleza, y de muchas otras cosas. Se trataba del Norovirus: un virus importado de China, que llegó en unas fresas a Alemania y después se implantó en España y ahí está haciendo de las suyas. 

Yo sólo había ido a Bilbao a ver a Josune y a ver la exposición de Schiele y Oldenburg. Y no había manera, oigan. Al final, me armé de fuerza, y con fiebre, y los músculos como si me hubieran apaleao, cumplí ambos objetivos.

Yo tenía en mente que siempre me había gustado Schiele, pero era una cosa del pasado, de la facultad, de los tiempos remotos del carboncillo y el dibujo de la figura humana. Pero, lo volví a ver y me volvió a gustar, sino a encantar. Bueno, son un poco siniestros sus dibujos, pero es que, todo el rato bien; tiene un estilo muy particular, y los dibujacos te miran, vaya que si te miran, y cómo sospechan de ti y de todos los visitantes a la exposición; y son misteriosos, y la composición está bien. Y de lo que no me acordaba, es que parecen dibujos muy rápidos, poco elaborados, pero da en el clavo con cada raya en el papel.

Y Oldenburg me encanta, y lo que se le ha copiado, y qué divertido es. Bueno, me gustan sus esculturas blandas, sus happenings… sus proyectos, pero las esculturas públicas, jo, es que, no puedo ellas, ni con las suyas ni con las de casi nadie.