Si a Guetaria no
iba desde niña, a San Sebastián desde adolescente. Es una ciudad muy agradable.
Siempre he sido
fan de Arzak, y finalmente fui a cumplir el deseo. Creo que alucino bastante, así,
en general, empiezo a soñar e idealizo tanto las cosas que luego, la realidad,
por buena que sea, siempre es poca cosa comparada con los sueños. Qué sé yo qué
esperaba; quizá que cada plato iba a ser más espectacular que el anterior, unos sofisticados sabores que mi paladar no había conocido antes iban
a desembocar en un éxtasis culinario místico, el cielo se iba a abrir y un rayo de luz me iba a iluminar la frente. Algo así.
Os podéis imaginar que con esas expectativas se me ha caído un mito. Pues bien, merece
la pena ir una vez a Arzak, ni que sea para ver lo que es. Una vez, y ya está.
El restaurante es feo, y todo dentro de la fealdad habitual. Dos plantas, 60 mesas o capacidad para 60 comensales, no me acuerdo, lleno un sábado.
Pedimos el menú
degustación. Aquí los aperitivos:
Physalis con coco. Una frutilla con una lamina de fritura, que no estaba muy allá. Y la niebla, la niebla la hacen hasta en un restaurante japonés
custodiado por chinos aquí cerca de mi casa en Prados Verdes, en el que hacen
sushi con pescado radioactivo (es una manera de hablar) y mayonesa.
Alubias con tocino y castaña. Puding de kabrarroka con kataifi. El puré de alubias, normal, bien. Lo mismo que la fritura. Pero nada del otro mundo.Chorizo con tónica. Una especie de crepe relleno de puré de chorizo y tónica. Todos comentamos lo malo que estaba. Fue lo único que estaba malo.
Pipas con arraitxiki. Unas planchas de pipas con algo cremoso que podría ser de la familia del queso y rúcula. Bien, pero vaya.
Balance de los aperitivos: En mi opinión, en San Sebastián hay muchos mejores pinchos que los aperitivos Arzak.
Los primeros: Se podía elegir entre varios primeros.
Ostras con costra marina. Dice la descripción:"Ostras templadas con erizos de mar sobre costra salada". Esto estaba bueno. Las ostras bien, pero el puré de erizos estaba que te cagas.
Mostaza de cáñamo y bogavante: "Bogavante salteado y acompañado de finas tostas de semillas de cáñamo y vinagreta de mostaza". Este fue el mejor plato de todos. Estaba riquísimo, pero riquísimo. La mostaza que estaba escondida debajo de las hojas, era una cosa del otro mundo. En serio.
Huevo marino de roca: "Huevo cocido a baja temperatura con crujiente de kataifi y liofilizado de mejillón". Debajo de lo verde había un huevito, ¡qué huevito! No consigo ni sospechar cómo lo habían hecho. Nunca hubiera imaginado que un huevo podía estar tan rico. Algo sabía a trufa por ahí.
Los segundos: Se podía elegir un plato de carne y otro de pescado.
Uchuvas, espelta y rape: "Lomo de rape asado con mojo a base de uchuvas y espelta con uchuvas envueltas en tocino ibérico confitado". El rape bien, pero nada del otro mundo. La salsa de la izquierda era buenísima, no me preguntéis a qué sabía, y alegraba el plato.
Pato azulón con soja: "Pato azulón asado junto con variedades y elaboraciones varias de soja". El pato se ponía encima de los granitos de soja. No me preguntéis por qué no lo habían montado en la cocina. El pato estaba muy rico, pero lo mismo que el rape no fue sorprendente. Mis compañeros de mesa que eligieron: uno, paloma asada, y la otra, foie, se deshicieron en halagos hacia su trozo de carne.
Los postres: Sacaron seis o siete postres para compartir y no me dio tiempo a fotografiarlos todos. Los postres, junto con los aperitivos, son lo peor. Se puede prescindir de ellos completamente.
Huella de oro y mantagorris: Fruta caramelizada con galleta de sésamo, mantagorris de pimiento y regaliz con yogur y cristal de aceite de oliva. Psa... La fruta caramelizada que estaba debajo de la huella estaba bien.
Esto, no sé lo que era. Pero era el mejor postre con diferencia. Me recordó a los postres chinos pero mil veces más bueno. Era un sopicaldo lechoso, y había tapioca y unas frutas a las que les había pasado algo, estaban procesadas. Era delicioso.
Canicas de chocolate con amaranto y natilla de orégano. Al morder las canicas, ¡bun! explotaban en la boca y salía caldo. Eso me gustó mucho. Pero el caldo que salía era un chocolate con leche super dulzón, una especie de Nestquik con azúcar. Si no hubiera estado en Arzak, lo hubiera escupido en la servilleta.
Esto tampoco sé lo que era. Algo crujiente con frutos secos. Vaya. Sin pena ni gloria.
También nos sacaron seis bolas de helado, sin saber a cuento
de qué. El helado en sí mismo no tiene ningún interés. Es un postre socorrido
en menú de restaurante baratito, ¿no? De tutti frutti, yogur, pimiento morrón,
té verde, chocolate negro y piña asada. El de pimiento era curioso, y el de
piña asada era el más rico con diferencia. Pero vaya, a mí es que el helado ¡plin!
El café: Ni la bebida ni el café están incluídos en el menú. Con el café te sacan la Ferretería Arzak, que son varios dulces, en su mayoría de chocolate, con forma de tornillos, tuercas, llaves. Los de color cobre, llevaban petazetas. Y los polvos blancos, que yo diría que querían simbolizar rayas, era polvo de apio salado. La ferretería Arzak es bonita, y el chocolate es bueno.Desenlace: Se sale rodando. Indigestión y malestar. Tres horas y media sentada a la mesa, para mí es una tortura. Empiezas a hacer la digestión, pero te siguen sacando platos. Quizás fue debido a que tenían mucha gente y los tiempos entre plato y plato eran demasiado largos. Aunque lo del menú degustación tiene gracia porque pruebas muchas cosas diferentes, mi consejo es pedir a la carta: un primero, un segundo, bebida y café (si es que, incluye la Ferretería Arzak, si no, ni eso). Además, es un poco más barato que el menú degustación.
Al salir, nos hicimos la foto de fans. Arzak está hecho un
relaciones públicas, es un señor simpático y sencillo. Se va pasando por las
mesas para ver que todo vaya bien y que salgas encantado.
Cuando te vas, una camarera te acompaña y te indica cómo
poner cada pie en cada escalón, como si tuvieras 80 años. No es una cuestión de
edad, es que, sales literalmente rodando.
ñan, la ferretería mola, pero no veo nada muysuper suculento...
ReplyDeleteSon mis fotos, que son muy pordioseras. Algunos platos estaban riquísimos, créame srta. Puaj.
Deletecreo que lo que más me fascina es el cartel de "ferretería arzak" escrito tan cutremente jajaja.
ReplyDeleteOye perdona por no haberte contestado, llevo unos días fatal, saliendo a las mil del trabajo. No puedo ir el sábado a la cena, Charley ha organizado una cena en el restaurante de la mujer de un amigo suyo o algo así. Y luego iremos al karaoke. Si te apuntas al karaoke avisa, aunque no te va mucho no? jaja! si no, quedamos para comer el sábado, o el domingo, o café, o lo que sea.
Me parece bien, me apetece dim sum! no he ido a ninguno de esos dos restaurantes así que cualquiera me vale jajaja.
ReplyDeleteoye, soy yo o te han servido la lata de la tonica tal cual?
ReplyDeleteTal cual no, aplastada.
Delete