Una
escuela que va a cerrar por falta de niños.
Qué
buenas vistas tenían esas gallinas desde el segundo piso.
Fui a
un pueblo al que hasta hace nada sólo se accedía monte a través. Ahora hay una pista
forestal. De todos modos dejé el coche bastante lejos y fui caminando, temiendo
que se estrechara demasiado y no poder echar marcha atrás.
Un
pueblo encantador en el que parecía no haber nadie.
Cuando
ya me iba a marchar salió un viejo. Era un señor malo. Lo primero que me preguntó
fue si no tenía miedo. ¿Debería tener miedo? Portaba un bastón muy grueso que
movía en el aire para indicar que sus propiedades iban desde aquí hasta allí.
Y volvía a levantar el bastón una y otra vez. Podía leer en su cara que fantaseaba con la
idea de darme un bastonazo en la cabeza. Lo que él no sabía es, que yo llevaba
una navaja en el bolsillo.
Le
pregunté por el pueblo, si había casas disponibles y esas cosas. Hacía poco que
había ido allí y se había comprado medio pueblo. Curiosamente, pocas semanas
después conocí a alguien que me dijo exactamente lo que le había costado: prácticamente nada. Ahora quería venderme un solar cincuenta veces más caro. Enseguida
me marché.
era malo, no hay más que añadir.
ReplyDeleteLa escuela es chulísima.
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