Saturday, August 23, 2014

Noruega: Bergen IV

Lo más curioso y que no podía pasar inadvertido del museo de las artes decorativas era la actitud, casi de odio, que el comisario mostraba hacia los objetos. Cuando precisamente esta clase de museos son la sacralización del objeto. La exposición se podía haber titulado perfectamente: “Fucking Objects”. No me acuerdo de su título original, por cierto.
Había una sala dedicada a objetos de plata. Y la introducción, decía algo así: “Desde antiguo al hombre, como a los cuervos, le han gustado los objetos brillantes”.
La disposición también era curiosa. Una mesa lista para un banquete, pero cada comensal tenía su propia vajilla, cubiertos y cristalería. También una foto y un texto a su lado. Los comensales eran los que fueron dueños de estos objetos, gente rica. Los textos no eran una ficha técnica: “Fulanito de tal, vivió de tal a tal año, vajilla de Sèvres...” No, no. Los textos tenían opinión. Si había sido una persona relevante en el mundo de la cultura, hablaban bien. Y si no, decían algo así: “Fulanito de tal, fue un cabrón de tomo y lomo, el dinero que ganó para comprarse esta vajilla fue haciendo el mal…”.
Algunos objetos estaban ubicados a 3 metros de altura, o sea, que no los veías. Y otros, tan solo a 20 cm del suelo. Supongo que para que los vieran los niños, que son los ciudadanos más importantes de Noruega. O simplemente para decirnos, creo yo: “Da igual si lo ves o no, sólo es un jodido objeto más”.
También el comisario explicaba, casi con ira, que hace un siglo y algo más, se hacían exposiciones de objetos decorativos para la élite educar al pueblo en el buen gusto, y decirle lo que era bonito y lo que no lo era. Y que nada podía ser más erróneo, porque la idea del “Buen gusto” no existe, y no hay objetos que sean más bonitos que otros, que todo es mentira, y el gusto de cada individuo es tan válido como el de otro.
Había una sala con mobiliario, con algunas de las sillas más famosas del siglo XX, y por fin un cartel que decía: “Siéntate en todas”. Lo que había querido hacer siempre y no había podido. No creen que si hablamos de diseño de una silla, tan importante o más que su aspecto es poder probarla para “verla”. Y sí, las sillas fabulosas, no son sólo bonitas, sino, cómodas.
Se puede estar de acuerdo o no con este comisario radical, pero por lo menos tiene punto de vista. Como ya les dije cuando hablé de Oslo, los museos en Noruega parecen salidos del futuro. Las exposiciones son sólidas y tienen contenido, hilo conductor. Este mes vi una exposición en el Moca, en Shanghái, sobre la poesía y la espiritualidad, que era infumable… No sólo por la calidad de las obras (supongo que no siempre tienen dinero para hacer expos de celebridades) sino por el comisariado. Santa María Madre de Dios las chorradas que escribieron en los textos que había por toda la expo. Sólo si fue bajo el efecto de las drogas puedo excusarlos:
Bueno, y para que vean cual es la obra en la que la luz brilla en la oscuridad, pero la oscuridad no lo ha entendido, es esta:
Un rectángulo móvil de alambre en un espacio blanco.

4 comments:

  1. yprh, qué bueno volver y encontrarme con un texto tan divertido como este.
    no me han pillado los piratas, porque no sabían dónde estaba.

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  2. Ay, menudo bodrio vimos. Y 50 yuanes!! Como se pasan.

    A que quieres ir a Guiyu??? Si sera un vertedero!

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    1. Ya tía, los chinos y las entradas, no te puedes fiar un pelo, atraco por aquí, atraco por allá.

      Pos no sé, esas fotos que vi de Guiyu estimulan mi imaginación...

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  3. Ah y en la oficina de loteria de Chipiona hay colas kilometricas. La gente sigue teniendo esperanzas de hacerse rica sin esfuerzo...

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