Noruega: Bergen II

Con mi coneja Venus algo me quedó claro para siempre: Es infinitamente mejor tener un conejo vivo echado en el cuello, que no un cuello de piel de conejo. Nunca me ha dado por las pieles, pero cuando vi pieles de las fabulosas en directo, entendí toda la locura que hay en torno al tema. La piel de foca, es un auténtico delirio, son una preciosidad y tienen un tacto divino. Pero, si ustedes estuvieran frente a la foca, allí en los hielos, con un cuchillo en la mano, ¿se abalanzarían sobre el animal para quitarle su piel?

En el mercado del pescado había un montón de españoles trabajando; casi todos eran españoles, de hecho. Tuve la suerte de encontrar a una chica muy simpática. Debió verme en la cara que soy de las que les gusta meter la cuchara en todos los caldos y me dio a probar todas las cosas que tenía.

Yo pensaba que sólo los japoneses consumían carne de ballena, que estaba prohibida o algo así. Los noruegos dicen que nada de eso. Aunque, según la wikipedia hay cierta controversia sobre su consumo. Las ballenas como animal, siempre me han parecido fascinantes, pero ahora que las he probado, me parecen dioses. Tienen una carne deliciosa. A la izquierda, ballena cruda, a la derecha, ballena ahumada.

El salmón noruego viene casi todo de las Lofoten.

Y bueno, estas fotos son de Oslo. No sabía en qué post meterlas, así que, como este va de comiditas, aprovecho.

Abajo reno. El reno es gomoso. No fue fácil identificar a qué sabía porque la salsa tenía mucho carácter.

Un falafel muy rico hecho por un afgano, que me contó su vida y milagros sobre cómo acabó en Noruega. (Básicamente, buscando el país del mundo donde se pudiera vender más caro un falafel)

Y un pastel de Pascal, probablemente, “la pastelería” de Oslo.