En
China, como despedir a alguien es gratis -es tan fácil como decirle: “No vengas
mañana”-, los trabajos son visto y no visto. En mi cole cambian tanto de
profesores que siempre hay alguno que cuando me lo cruzo por los pasillos no
tengo ni idea de cómo se llama ni qué enseña. Pero bueno, no se puede hablar de
estas cosas en internet. Sólo contaros una pequeña anécdota para que os hagáis
una idea de cómo las gastan:
El
jefe financiero tiene prohibido que entren repartidores de comida en el cole
por seguridad. Los profesores, los alumnos, todos hacen pedidos, pero hay que
salir a la calle a por ellos. Uno de los jefes, digamos el tercero en la pirámide,
le dice al guarda que deje pasar al de las pizzas con un gesto. El guarda,
siguiendo las órdenes de arriba, no lo deja pasar. El otro, que es americano,
insiste en tono amistoso: “Qué sí hombre, sí, que pase, que estoy yo aquí”. El
guarda chino que no lo deja pasar. El americano se pone nervioso, le da una
palmadita amistosa al chino en la espalda en plan: “Tranqui, tío, que sólo es
un repartidor de pizzas”. El americano es un negro de más de dos metros y en
China no se toca a la gente. El guarda es un chino esmirriado total. Le entra
un pánico tremendo de que un negro le toque, y encima no un negro cualquiera,
sino uno tan alto y tan fuerte. (En China hay racismo hacia la gente de color.
Es un racismo basado en el miedo a la piel oscura). El guarda, aterrorizado
llama al jefe financiero para decirle que el negro le ha atacado y se ha
saltado la norma de no dejar entrar a extraños.
Solución: los han echado a los
dos. A uno por no obedecer la norma, al otro por enclenque y cagueta. Hoy nos
han anunciado que han contratado a unos guardas nuevos más fornidos.
Segunda
historia: En un foro sobre el terremoto de Sichúan, un chino, ironizando, dice
que no sabe por qué los terremotos tienen que suceder siempre en el oeste de
China, con lo bien que vendría uno en Shanghái (Esto está de gente, que es
demasiaó. Hasta E dice que hace falta una guerra civil que diezme a la
población). Aquí toca el punto sensible de los más pro-China, que es el 98% de
la población. Le empiezan a hacer ciberacoso . Los hackers chinos descifran su
identidad, su nombre, su dirección, dónde trabaja. Empiezan a atacar en
internet a la empresa donde este pobre infeliz trabaja. La empresa empieza a
tener grandes pérdidas por este motivo. Solución: lo echan. Y ahora que es
famoso, a ver quién le da trabajo.
la primera historia es tremenda, pero la segunda es atroz. por un comentario en internet te pueden fumigar... en fin. lo triste es que por aquí a poco tardar vamos a coger un camino semejante.
ReplyDeletecasi parís no sé... parís en 1834, a lo mejor.
Es que se esta pasando la gente con los cibercomentarios ala a la hoguera todos!!!!
ReplyDeleteComo que casi casi Paris que dices maja??
que despedir a la gente es gratis?? joer pues en nuestra fábrica no! les dan indemnizaciones!
ReplyDeleteahora hay uno que era jefe de turno y para no pagarle indemnización le han degradado a operario normal hasta que se le acabe el contrato, y ahí lo tienes todo el día jugando con el móvil y tocándose las bolas.
En los contratos puede poner cualquier cosa, pero la realidad en los dos sitios en los que he trabajado es que siempre "el empleado ha hecho algo mal" (rompimiento de contrato) y por eso te pueden echar sin indemnización. O lo más frecuente, no te renuevan el contrato, que es casi lo mismo que echar a alguien.
DeleteSe parece mucho a lo que hay ahora en España,
ReplyDeletesolo que aquí no te contrata nadie.
Rossy hace un montón de performances, tipo aquí estoy yo.
Trabajo no le falta se ha convertido en una celebrity internacional.
En la fiesta canto a lo Hollywood y dijo:
Aquí estoy yo para dar la cara y
que estábamos en un antiguo convento carmelita
ó algo así,
ya sabes como son las fiestas.
A nivel personal creo que esta metida en una deuda muy gorda
por un negocio hostelero que monto.
parece como de película
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