Provincia de Henan: Luoyang VI

Fue un viajecito encantador de tres días -bien aprovechados- en inmejorable compañía. 
Aquí un banquete hot pot para recuperar fuerzas.

Buahhh... me chiflan mis pinceles nuevos. Espero tener un rato dentro de no mucho para poder probarlos. Los pinceles chinos de pelo largo son para caligrafía -si lo he hecho bien, ninguno de los de arriba lo es- y los de pelo de largura moderada son para pintura china. Al principio de los tiempos, los encontraba completamente inútiles, pero a fuerza de enseñar a los chiquillos cosas de pintura china, les estoy cogiendo el gustillo. Es otro rollo.

Buahhh... y piedras. En Henan hay muchas piedras, ¡y cómo pesan oigan! Una turquesa, un rodillo para hacer masa de dumplings, un pedaso de sello de una piedra que tiene el color del tocino adobado con el pimentón molido, y otra piedra típica de allí que tiene un estampado muy característico. Abajo pongo foto de una de grandes dimensiones, y pulida, que estaba en exposición en las cuevas.

Me gustaría saber cómo se llaman las piedras, y de qué es el pelo de los pinceles, pero este jodido idioma que hablan en este magno país no me deja saber todo lo que yo quiero.
Aquí no se acaba todo, también me compré unas pinturas de peonías, las flores de Henan. Que si están todas hechas en serie, que si bli, que si bla, me da igual, me gustan, me gustan, ¡me gustan!

Os voy a confesar algo, paso vergüenza con estos arrebatos mercantiles cuando estoy con M. Porque M es muy minimal y parece estar por encima de la atracción de lo material. Y me siento pequeño ser arrastrada por estas pasiones materiales... pero no puedo hacer nada para evitarlo, es demasiado tarde: lo que no se hace de niña, luego ya, nada.