Estas cuevas, junto con las de Yungang y Mogao, son las más famosas de China.
A lo largo de un km de distancia se extienden unas 1.400 excavaciones en la roca y unas 100.000 estatuas budistas. Empezaron en el año 493 la magna obra, y allá por la Dinastía Tang (3-4 siglos después) se dijeron: "¿A ver cuántas llevamos...? Yo creo que esto ya está, ¿no creéis chicos? Vamos a ver cómo llevan lo de la muralla china, igual necesitan que les echemos una mano"... Qué perseveranciaaa... Hasta que no llegaron las Dinastías Ming y Qing (o sea, muchos siglos después), no hubo alguien que dijo: "Esto está muy bien, es una gran obra china". Cuando estuvieron los japoneses, arramplaron para casa con muchas de ellas, todavía hoy en día están en museos japoneses. Y en el año 2000 la Unesco lo declaró patrimonio de la humanidad.
La gente habla de lo bonito que está todo en primavera, las hojas del otoño, el cielo azul del verano... Pero, eso es la belleza facilona. ¿Qué me dicen de la belleza hipnótica del invierno?
Vivan las cuevas budistas!
ReplyDelete¡Vivan!
Deleteme adhiero incondicionalmente al grito de vivan las cuevas budistas!
ReplyDeletees más, me gustan más las estatuas de buda que a un tonto un lápiz.