Friday, November 7, 2014

La visita

Cuatro años hacía que Colin se fue a Los Angeles y aún no había vuelto. El otro día fuimos honradas con su presencia. Todos los chinos son iguales, pisan Estados Unidos y no quieren saber nada más de su magno país. Se fue a estudiar, encontró trabajo, amor,  y camino está de conseguir la green card.
Le dimos la bienvenida en el Marriott, porque J conoce a la encargada del marketing del hotel. Han lanzado un nuevo buffet de brunch los fines de semana y nos invitaron para que diéramos nuestra opinión. Pues, con mucho gusto, claro.
De entrada decir que yo no entiendo los buffets, no me gustan. Porque, ¿cuál es la idea? ¿Qué te puedes poner hasta las cejas por un precio fijo? Ya ven ustedes. Al final, en estos sitios se come más que si vas a un restaurante normal, porque ves esto o quieres probar aquello, y acabas con un popurrí de cosas sin sentido en tu plato.
La otra razón por la que no me gustan, es porque por el mismo dinero, en un restaurante mucho mejor podías haber comido algo realmente bueno.
Una vez dicho esto, el buffet del Marriott está regular. Tiene variedad de cosas occidentales y asiáticas y vale 368 yuanes, algo menos de 50 euros. Puedes tomar champán (malo), zumos naturales, gambones, cangrejos, ostras y sashimi bastante decentes, sushi muy malo, pato pekín muy bueno, dim sum muy corriente, pasteles de colores quizá apetecibles para un chino, quesos y panes… Vamos, que yo no se lo recomendaba a nadie. Pero pasamos un día muy grato.

7 comments:

  1. Estoy de acuerdo, a mí los buffets tampoco me congratulan mucho, y normalmente como menos de lo que he pagado.
    Aquí en Suzhou abrieron hace unos meses una cadena de restaurantes buffet y los de mi oficina estaban como locos. Al mediodía 99 yuanes y por la noche 138 o algo así. Fui un día y mierda total, lo único bueno es que había helado de Hagen Dazs y con que te tomes tres bolas ya has amortizado el dinero...

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  2. esas fuentes de chocolate... qué grimaza que dan.

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    1. Hombre, hay cosas que dan más grima en el mundo... no? Un peluquín, unas orejas con cera, unos palitos de pescado fritos, una falda de encajes beiges que parezca una cortina...

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