“Le strege” o “Las brujas” (1967) fue la idea de un
productor de juntar a 5 directores italianos (Visconti, Franco Rossi, Pasolini, Mauro Bolognini y
Vittorio de Sica) para contar varias historias que vienen a decir: una mujer en
la sociedad de los años 60’s para tener éxito tiene que ser una bruja (En el
sentido de mala, no con poderes mágicos).
La música es de Ennio Morricone y la protagonista de todas las historias es
Silvana Mangano superstar. Además, es una ocasión para ver ropa chula. En las
películas de antes la ropa era buena de verdad. No como en las pelis de ahora
que van siempre de trapillo. Una de las prendas que lleva, la pieza de la
espalda es una pasada, aunque le he dedicado varios pensamientos, no tengo ni
idea de cómo está cortada. Mis historias favoritas son, como no, las de
Visconti y Pasolini.
“The witch burned
alive”
de Visconti, trata de una actriz, modelo, que se reúne en casa de unos “amigos”
en Austria. La reciben con toda la pompa, es una celebridad. Su amiga se prueba
su estrambótico sombrero, si la modelo está espectacular, ella está tirando a
ridícula. ¿Por qué? ¿Qué tiene su amiga que no tenga ella? Por si estuvieran
poco embelesados con su presencia, se marca un bailecito en la fiesta y a todos
hechiza con su estilo y su glamur. Entonces, le da un mareo de diva, y se tumba
en el sofá. Son sus amigas –cuyos maridos estaban babeando- las que en medio de
la fiesta, para que se sienta más cómoda, le quitan el sombrero, y se queda con
una redecilla puesta (que ya sabemos lo poco que favorece), después le arrancan
las pestañas postizas. Buscan alguna imperfección. Se preguntan: “¿Por qué ella
es tan guapa y nosotras no?”.
Aquí el fragmento final.
“The Earth as seen from the Moon”, de Pasolini, es una
comedia amarga. Un
viudo con un hijo más que crecidito, quiere casarse y quiere casarse. Todas lo
mandan a paseo. Al final ve a una sordomuda, y asiente. Qué contento la lleva a
su casita que es una chabola en las afueras de la ciudad llena de mierda. Pero
la mujer nueva es un gran hallazgo, pronto lo limpia y recoge todo. Qué
felicidad. Pero el ser humano no está nunca satisfecho con lo que tiene, pronto
su mujer aspira a una chabola mejor. Se les ocurre una idea ridícula para
conseguir el dinero pero su mujer fallece tontamente en el intento. Ay, qué
tristeza, con lo que él la quería. Y cuando vuelve a casa, allí está el
fantasma de su mujer. Aunque al principio se asusta mucho, luego le pregunta: “Pero,
y aún estando muerta… ¿puedes limpiar, y cocinar…y también cagas?” Ah, oye, ¡pues
estupendo! Y Pasolini sale con la halagüeña conclusión: “Da igual estar vivo
que muerto”.
Aquí entero.Estas fotos de la última historia, "An evening like the others" de Vittorio de Sica.
No comments:
Post a Comment