Arriba, merendando en una casa de té en el barrio de Akihabara. Este local estaba lleno, y la media de edad iba de los 55 a los 65 años; fundamentalmente señoras. Me dije: a estas edades la gente no puede equivocarse, debe ser un buen sitio para tomar el té. Y así fue. En la foto de arriba, de izquierda a derecha: Pastel de boniato, helado, barquillo y dulce de alubias rojas, y té matcha.
Akihabara es un barrio antiguo de la ciudad, que hoy es una zona turística, llena de tiendas de cosas cucas y muchísimos puestos de snacks.
Es una calle para comer en la calle, pero en la que no puedes comer en la calle porque es "feo". En Japón disfrutar... es como que no está bien. Situación de absurdo. La calle está llena de gente, hay unos 50 o más comercios vendiendo snacks para tomar al momento, pero no puedes tomártelos en la calle. Entonces, ¿dónde? Escondido, pegado al comercio que te lo ha vendido donde no hay normalmente ni sitio para estar de pie. Los japoneses se ponen una mano que les tapa la boca y ponen caras cucas de: "Ay, qué vergüenza lo que estoy haciendo... ¡comiendo en público! Soy un muñeco que come, que caga y que mea, qué bochorno". Esto se extiende a cualquier lugar que no sea un restaurante. Tampoco está bien visto beber agua por la calle, y mucho menos en el metro.
Estos por lo menos tenían dos metros cuadrados acordonados de espacio. Otros, como el puesto de abajo de leche con sake, te lo vendían y acto seguido te decían: "Pero, no te lo bebas en la calle". ¿Pues dónde quieres que me lo beba si estoy en la calle, si no tienes un local? ¿Bajo tierra?. Son unos agonías, de verdad. El mensaje en Tokio es todo el rato: "No existas. Con todos los respetos". Pues con todos los respetos, vete a la mierda y déjame vivir.
Observen la expresión en la cara de esta muchacha, lo que les decía anteriormente...Este señor, en un escaparate hace soba -noodles de trigo sarraceno- a mano, para un restaurante en el barrio de Ginza.
Arriba sopa con soba y tempura. La tempura va encima de la sopa, pero a mí no me gusta que se moje la fritura porque no cruje.
Abajo té verde con shochu. La cara de la camarera decía: "¡Oh, Dios mío, esta mujer se va a tomar un lingotazo!".
Abajo, otro barrio de tapas.
Arriba takoyaki: bolas de pulpo. Abajo barquillos rellenos de puré de alubias rojas dulces.
Este tipo me contó que estaba haciendo unos dulces con harina de soja y miel.
Cágate lorito qué melena de hilos de harina de miel después de unos pases mágicos.
Arriba, un okonomiyaki de pulpo. Abajo, pescado crudo sobre arroz y sopa de miso.
Takoyaki, que RICO, madre mía.
ReplyDeleteBuena observación, donde haya mucha gente de alrededor de 60 años seguro que se come bien, jajaja.
ReplyDelete¡Esos pastelitos de peces los comí igualitos en Corea! Una amiga hasta tenía la plancha para hacerlos, jajaja.