Wednesday, August 21, 2013

Sicilia: Siracusa

Hubo un tiempo en que Siracusa fue una de las ciudades más importantes del Mediterráneo.
Su relevante teatro griego, si no está mejor conservado, no es por la erosión del paso de los siglos, sino, porque cuando llegaron los españoles se llevaron las piedras del teatro para edificar en Ortygia.

Restos griegos a la entrada de Ortygia (la isla fortificada junto a Siracusa).

Yo no soy muy de mar, ni de playa, pero el mar en Siracusa es mágico. El agua es cristalina, la luz dorada, las olas se están relativamente quietas y se ven animales. Da un buen rollo que pa qué. El sol abrasa, eso sí.

Cogiendo mejillones en las rocas.
Un tímido cangrejito.
La iglesia de la Madonna delle lacrime es uno de esos controvertidos edificios de cemento que hay en algunas ciudades.
Una iglesia de 80 metros de altura cuya forma aspira a ser una abstracción de una lágrima de la Virgen que cae y hace contacto con La Tierra. Parece ser que  ha generado mucho odio. Me recordó a ese tipo de edificios que salen a veces en películas de los 70, mezcla de ficción, gurus, drogas y sectas con hippies vestidos con capisayos blancos. En cuanto te acercas a la zona va a tu encuentro, a la carrera, un grupo de yonkis, pobres y lisiados para pedirte dinero con más vehemencia de la normal. Y como no había prácticamente nadie en esta pedazo de iglesia fantasma, me sentí incómoda e intimidada. Cuando salí de la iglesia, por otra puerta, aparecí en un barrio chungo. Había carteles que decían que todo estaba lleno de cámaras de video vigilancia. Por suerte, salí pronto de allí sana y salva.
Toda Sicilia está llena de cámaras. Y los sicilianos, aunque muy simpáticos, no me inspiraron mucha confianza. En Sicilia, la gente está en estado de alerta. En vez de estar cada uno a lo suyo, o simplemente en Babia, la gente es muy observadora.

Tartaleta de fresillas silvestres
Polo artesano de pistachos
Arancini. Dentro de esta fritura había: arroz, ragú de cerdo y mozzarella. Es un tentenpié, una de esas cosas que venden por la calle. Los sicilianos tienen muchos platos ladrillo. Si desde Sicilia una catapulta gigante lanzara arancinis a África, se podía erradicar el hambre del continente con unos pocos.

1 comment:

  1. a las dos de la tarde no enseñe arancinis de esos...
    la iglesia moderna es un espantajo, si.

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