Sicilia
es un lugar maravilloso. No me extraña que haya sido una isla disputada a lo
largo de los siglos. Allí estuvieron los griegos, los romanos, los bizantinos,
los normandos, los españoles, los árabes…
De ahí que haya ruinas griegas, iglesias católicas barrocas, edificios
de culto islámico, iglesias de influencia del gótico francés… además, de playas
fabulosas, buenas huertas y buenos peces.
Sicilia
es un poco un viaje en el tiempo, es como una España que sólo he conocido a
través de las películas, pero distinta. Los italianos miran Sicilia como un
destino turístico pero también como una de las regiones más atrasadas del país;
y a los sicilianos como vagos, todo el día echados a la bartola.
Pero
esto de echarse a la bartola tiene sentido porque en Sicilia, el sol no es europeo,
es africano.
Y
Palermo es como un escalestrix a gran escala. Los coches circulan a toda mecha,
como si llegaran tarde a una cita con la Muerte.
Frescos y ricos pescados. (Nada que ver con el pescado de río chino, ja, ja)
Lo
que más me gustó de Palermo fue el Tesori
della Loggia, descrito como cinco joyas arquitectónicas barrocas, iglesias
y oratorios.
El Oratorio del Rosario di Santa Cita de quitar el hipo.
Y el Oratorio del Rosario en san Domenico
Pero
no todo fue bien en Palermo. Viajaba con una buena amiga, que me conoce desde hace
más de veinte años, no es que la acabara de conocer, no. Pero nos dio una
insolación y enloquecimos bajo el sol siciliano. Al día y medio de estar allí,
mi amiga no me soportaba más, se compró un vuelo de vuelta a España y me dejó
más plantada que un chopo en un cementerio.
Todo el mundo que conozco y visito Sicilia enloqueció de belleza "chiflante" y sino un golpe de calor te deja como 10 días en cama, con un dolor de cabeza y unos flashback de no dar creditito a mi me paso en Zaragoza camino de Bilbao. No se lo tomes a mal.
ReplyDeleteglups! y has vuelto a hablar con ella?
ReplyDeleteSí.
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