En
Jiuzhaigou estuve sólo un día. Fue un viaje relámpago porque había quedado con
el nadador en Chengdu para ir de tapas. En el norte había muchas montañas
espectaculares, pero el nadador también era espectacular y la vida se trata de
tomar decisiones.
Que a este tío no iba a volver a verle el pelo lo sabía desde Daocheng, pero como insistía en quedar en Chengdu, fui. Con los chinos no se hace carrera... me puso una excusa barata de cansancio -llámese miedo-, y ya estaba otra vez en la civilización en vez de en las montañas.
Que a este tío no iba a volver a verle el pelo lo sabía desde Daocheng, pero como insistía en quedar en Chengdu, fui. Con los chinos no se hace carrera... me puso una excusa barata de cansancio -llámese miedo-, y ya estaba otra vez en la civilización en vez de en las montañas.
Todo
el mundo recomendaba vehemente un sitio para ver osos panda, autóctonos de
Sichuan y símbolo de China.
Era un parque-zoo muy grande y bien montado,
pero en el que había miles y miles de chinos. Había que luchar con los codos de lo lindo para
ver un oso. "La foto", no eran los osos, sino los chinos. Se
agolpaban al otro lado del cerco y gritaban enfebrecidos, aunque había carteles
por todos los lados que pedían silencio para no estresar a los osos.
En Sichuan tienen al menos dos tipos famosos de té verde que es muy diferente del Longjing de Zhejiang al que estoy acostumbrada. Apunté meticulosamente el nombre de los dos y su precio en un cuaderno, pero durante la mudanza perdí casi hasta la cabeza, así que, se tendrán que conformar con las fotos.El de arriba a la izquierda (y abajo) es el que más me gustó.
Uno de los barrios antiguos (reformados o echados abajo y vueltos
a edificar) de Chengdu en los que hay tiendas cucas de ropa, artesanía china y
tapas, muchas tapas.
Figuritas de animales de azúcar
Una de las especialidades de Sichuan (junto con la cabeza de conejo): bolas de harina de arroz glutinoso cubiertas de un polvo de sésamo y un sirope. Existe también la versión de las bolas fritas y caramelizadas(arriba imagen).Todos los chinos con los que hablé flipaban con las tapas de Sichuan. La idea de estar en la calle, la abundancia y el bullicio, picar algo aquí, picar algo allá... Les fascina tanto como a los españoles; sólo que sus tapas están mucho peor. Algunas, realmente malas he de decir.
Tofu con mogollón de chile en polvo, cebollino, aceite.
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