Saturday, October 25, 2014

Provincia de Jiangxi: Jingdezhen VII


Casi todos los vuelos en China llevan retraso. Los vuelos domésticos principalmente, y durante las vacaciones nacionales me aventuraría a predecir un 90% de probabilidad que un vuelo tenga retraso.  Como es algo que me llama mucho la atención se lo pregunté a la mujer de un piloto. Hay un montón de pilotos españoles que están viniendo a trabajar a China. Me hace pensar que las compañías chinas no se fían de su propia gente… Y la respuesta que me dieron es que el ejército chino cierra el espacio aéreo con mucha frecuencia. Que van a hacer unas prácticas por aquí, un asuntillo por allá, y dicen: “Aquí no vuela nadie hasta que no acabemos. Y contentos que os vamos a dejar volar”. Todas las compañías aéreas chinas pertenecen al gobierno menos Spring airlines y Juneyao.  Spring airlines es conocida por ser la más barata con diferencia y Juneyao por ser la única que tiene primera clase de verdad, no business al que se le llama primera clase. Así que, cuando al fin se despeja el espacio aéreo es la guerra por despegar, y las últimas autorizadas en hacerlo son las compañías privadas, para que la gente diga: “Buuuuuhhh, mu barata pero qué mierda”. 
El otro motivo clave en el retraso de vuelos es el tiempo. En el Sureste de China suele haber tifones, casi todos vienen de Taiwán o por ahí. Cuando llegan a Shanghái son nada, una tormenta con viento. Pero, unos vuelos que no despegan a la hora o que se cancelan por las inclemencias del tiempo, son como una cadena que afecta a vuelos en otros aeropuertos.
Pues eso, me levanto a las 5.30 de la mañana, me cuesta 10 minutos llegar al aeropuerto desde mi casa, el vuelo dura sólo 1 hora… más dos horas y media de retraso, pelea con los taxistas estafadores del aeropuerto de Jingdezhen, finalmente cojo el autobús al centro ciudad, y luego, cojo un taxi = llego al hostal de Jingdezhen a la 1. En un sitio donde se cena a las 6, llegar a la 1 es haber echado el día como quien dice. En China la actividad comienza cuando amanece.
En Jingdezhen siempre me he alojado en sitios horrendos, así que, vi que en internet hablaban de un hostal como “la opción” de alojamiento. Pero en el que las cosas funcionaban “allá que te va”… Cuando vi que estaba localizado en la misma Sculpture factory, la zona más grata de la ciudad, no dudé en reservar una habitación.
Cuando llego veo que tiene un amplio salón-bar muy agradable, qué bien. En recepción, no saben si he pagado o no el depósito online, vaya lío que tienen, le digo que no.  Me dice que la habitación vale 188 yuanes. Le digo que por teléfono me aseguraron que el precio era 138 yuanes, y que en internet pone que la habitación vale 108 yuanes. Me dicen, que imposible, que es la feria cerámica y sube de precio. Le digo que cuando reservé la habitación ya hablamos de la feria y me dijo 138 yuanes. No recuerda nada. Dice, “Bueno, pues dame 158 yuanes y en paz”. Las dos tías que llevan el hostal son de lo que no se ve a menudo en este mundo, si la Confusión fuera persona estaría encarnada en ellas. Son esta clase de chinas que insisten en hablar inglés, pero que no tienen ni idea, y te pueden estar siguiendo el rollo en una conversación que dure horas, días y que sea completamente absurda y confusa. Pero eso no lo supe hasta el día siguiente.
Me dice que en mi habitación ha vivido un tipo durante mucho, mucho, mucho tiempo, y que si puede dejar UNA maleta en mi habitación. Le digo que sí, total no voy a ir a la habitación más que a dormir y a ducharme. Se le levantan las cejas muy sorprendida: “¿En serio no te importa?”. “Pues no, no tiene importancia”. “Oooohhh, eres amabilísima. Muchas, muchas gracias”. Tampoco es para tanto, pienso. El caso es, que el hostal es gigante, tienen un salón enorme, y no tienen un lugar para guardar una maleta, qué raro. Pregunto, porque China es un país de sorpresas: “El tipo que va a guardar la maleta, ¿no tendrá llave de la habitación?”. “No, no, qué va. Nosotras le abriremos la puerta para que deje su maleta”. Pues muy bien.
La habitación es un asco, y todo dentro de lo normal. Vamos, lo de siempre. Abro el grifo: no está roto; abro la ducha: sale agua caliente, TODO BIEN. Dejo mis cosas y me voy a comer.
Vuelvo. ¡Arrea! El tipo no es que haya dejado una maleta en mi habitación, ha dejado una montaña de cosas, cajas sucias, bolsas de plástico, bolsas de viaje… hay unos 2-3 metros cúbicos de cosas apiladas en una habitación enana, ha tapado hasta la ventana. Bajo a recepción hecha un basilisco. Me dice la tipa con resignación: “Bueno, bueno, ya le digo que saque sus cosas”. Qué geta, pero qué geta tienen por dios”. (Continuará el cuento chino)
 

3 comments:

  1. ji ji lo que te ha pasao... De una maletita aparece una montaña... de que me quiere sonar esto?
    A ver como sigue la historia basilisca...

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  2. Jajaja, pero qué morro.

    Y lo de los aviones, sí. Siempre están de maniobras. Cerca de Suzhou hay una base militar y los aviones de combate despegan con una alegría... venga, a quemar el dinero de los contribuyentes.

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