Friday, October 17, 2014

En Suzhou

Estas fotos son de un día que fui a visitar a Marta a su pueblo de seis millones de habitantes, al que se llega sólo en 20 minutos -menos de lo que me cuesta llegar al centro (unos 50 minutos)- y que, prácticamente siempre que miro al medidor de la contaminación indica más polución que en Shanghái. No me pregunten por qué, China es misteriosa. 
El monstruo de arriba es la muñeca de moda. Estaba por todas partes. Parece una Barbie falsa y la voluminosa falda, a veces parecía de gitana, otras de novia y otras de ballet, o los tres en uno.
Pues eso, me enseñó el Suzhou secreto, el que los turistas corrientes y molientes ni olisquean...
...como la guardería militar, para que el niño, desde su más tierna infancia, crezca bien recto, con amor a la patria y valores sólidos.
Nos probamos unas diademas con flequillo incorporado, que eran muy buenas para hacer el tonto, pero como estoy en mi etapa minimal, en la tienda se quedaron.
Me hipnotiza ver trabajar a los fabricantes de caramelos artesanos.
No sé si ustedes saben que mientras en España la gente se toma un café para despejarse –algunos ni se sientan, se apoyan en la barra del bar, se lo beben y se van- en China, el que compra un café se va a pasar las próximas 2-5 horas allí apalancado. Con lo caro que es, es comprensible que quieran sacarle provecho. Es una manera de alquilar una oficina con wifi por el precio de un café, de no pasar frío en invierno cuando en tu casa la calefacción es una mierda, de estar sentado en un sofá cuando en casa no tienes uno… etc. Así que, esta cafetería se lo tiene bien montado, además de café, vende libretas y postales, porque a los chinos les encanta escribir, en los muros, en las libretas de los bares, donde sea… hay una imperiosa necesidad de expresarse. Como no pueden tener ni un blog para desfogarse, no me extraña.
Pues eso, el muro que veis está lleno de gente que ha comprado postales en la cafetería y se las ha escrito “al futuro”, nadie puede leerlas, son privadas. Para hacer una cápsula del tiempo, o lo más seguro, para tirarlas a la basura dentro de unos días y hacer sitio para más postales.
En las mesas había libretas para escribir cosas, unas libretas muy molonas, te acababas viciando y al final te comprabas una.
Fíjense lo que nos encontramos. Un catalán había pasado por allí, y le había dibujado en un mapa a un chino donde estaba Cataluña en España, le debía haber hecho otro mapa primero de Europa o Eurasia para orientarlo y decirle donde estaba España. Es como si a uno de ustedes le hacen un dibujo de Henan para enseñarles donde está Luoyang… Igual antes un mapa de China, para ubicarse mejor… Bueno, que me está saliendo el vinagre, lo voy a decir, es que: no los soporto a ellos y a su diminuto universo que se mira el ombligo. Ya está, dicho.
Casi todos los textos estaban en chino, y Marta me dijo que la mayoría venían a decir: “Amo a fulanito”, “Vaya, fulanito no me ama. La vida no tiene sentido”. O algo así.
Regresé a la ciudad renovada después de este paseo por el pueblo. Gracias Marta. 



5 comments:

  1. Gracias a ti por sacarme de paseo! Desde ese dia no he ido a ningun sitio, mas que al supermercado jaja.

    ReplyDelete
    Replies
    1. Por qué te crees que me voy de Sh los fines de semana cuando puedo... La casa es como un agujero negro que te absorve. En China, es donde mejor se está.

      Delete
  2. el osito del final parece el de LINE, Brown, algo parecido al WhatsApp. creo que en oriente es muy popular.
    Como estoy también bastante minimal no hablo mandando Brownis a la gente.
    Cataluña a desaparecido de España, ahora solo se habla del ébola...
    creo que si vieras la tv española ahora te partirías.

    ReplyDelete
    Replies
    1. Sí, pero es que, yo sólo me fijo en los dibujos.
      No veo la tv desde los 17 años. Por suerte.

      Delete
  3. la vida en el pueblo difiere mogollón de la vida en la ciudad, por lo que veo... madre mía.
    no saque el vinagre que bastante tenemos ya por aquí con el cuento del ombligo.

    ReplyDelete