Wednesday, September 4, 2013

La vuelta


Las largas y bonitas vacaciones llegaron a su fin. En el vuelo de vuelta, me tocó al lado del Gran Wyoming hasta Dubai.  No sabía que las celebridades viajaran en economy. En los viajes largos, se va de pena en economy. Iba a Australia con su equipo. No se me había ocurrido nunca pensarlo porque no veo la tele desde adolescente, pero el Gran Wyoming es majo, carismático y caballeroso. Pero, claro, después de China, cualquier persona normal parece tan educada. Y si no, pregúntenle a Marta, que flipó de que en Inglaterra no subiera la gente al autobús con un grito de guerra y afilando sus codos.

Arriba una foto (un día que no iba especialmente lleno, pero que tenía la cámara a mano) del único autobús que pasa por Prados Verdes y va al metro. El autobús en China sólo vale 2 yuanes, pero les daría 2 yuanes más por no subirme. Va siempre tan lleno que el conductor tiene un ayudante cuyo trabajo consiste en empujar a la gente para que se puedan cerrar las puertas.
-A ver, hagan sitio. Pasen, pasen al fondo.
-Al fondo he dicho, que no se pueden cerrar las puertas.
-Hao, hao. (Bien, bien) Lo estamos consiguiendo. Arrímense más.
-¡Al fin! Es que, no entienden que hay que pasar al fondo. (Todo esto con temperatura y humedad sauna. Es normal que la gente se resista en pasar al fondo: el que pasa al fondo no sale hasta fin de trayecto)
-¡Qué cruz! A ver cómo subo yo ahora por la otra puerta.

Transporte a parte, la diferencia fundamental entre China y España, es que, en China TODO es posible, y en España NADA es posible.  Así, en términos generales. Luego, cada uno hace lo que puede con su vida. Pero me gusta el sentimiento que hay aquí. En China la cosa más disparatada tiene cabida, y eso me deja tranquila. En España, en cada frase que tienes con unos, con otros, ya se va formando una idea sólida para el final del día que tiene un mensaje muy claro: “Olvídate, ni lo intentes, no lo conseguirás”. Y esto es una tristeza, así no vamos a ninguna parte. En España, siempre ha habido, pero ahora más que nunca, un claro espíritu derrotista. Ese no fue el espíritu con el que  Genghis Khan unificó Mongolia, ni con el que Napoleón conquistó Europa, no, no.





3 comments:

  1. jajajaja brutal el reportaje fotográfico!!! yo siempre me quedé con las ganas de hacerlo en beijing pero no estuve espabilada :D

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  2. bueno, es una manera de verlo. en España siempre estamos a punto para hundirle la idea al vecino. somos los 'quitavidas' de Europa y del Mundo. en otras partes irá de otra manera.
    venga a empujar, venga a empujar... qué oficio.

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  3. Si la resignación es muyyy mala pero hombre los quitavidas de europa no me fastidieee señorr!

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