Monday, December 5, 2016

Malasombra

Me llena de espíritu navideño esta bola y este espumillón que han colgado de la farola junto a la cocina...

¿Recuerdan la entrada sobre niños jugando debajo de mi casa, y de cómo hablé con su madre y todo salió bien en un encuentro pacífico? Pues, desde aquel día, no volví a oír a niños jugando en mi casa. Una auténtica bendición. Estaba loca de contenta. Ora leo un libro sin interferencias, ora veo una película y puedo entender los diálogos, ora escribo un texto, ora hago un dibujo en la paz del hogar.
Un día veo a la madre de niños en la tienda de comestibles. No me saluda y cuchichea con la dueña de la tienda mientras me miran de reojo. Obviamente la está poniendo al día de "lo bruja que soy". Vaya, me guarda rencor.
Otro día, me la encuentro por la calle y me paro a hablar con ella. Primero se violenta mucho de que me plante en su cara a hablarle. Le digo con todo mi corazón lo muy agradecida que le estoy por su intervención, y cómo me dio vergüenza al principio afrontar el tema, y ahora mi vida es infinitamente mejor. Creo que esta fue la frase que más le dolió, que haya personas en el mundo que sean felices. Se le puso una cara de asco, en serio, de asustar y dar miedo. Me miró con un odio con el que nunca antes me había mirado nadie. Si sus ojos fueran cuchillos ya estaría muerta. Me di media vuelta consciente de mi gran error. No tenía que haber vuelto a hablar con ella. Quería ser agradecida, pero había metido la pata hasta el fondo. En aquel momento, temí que los niños volvieran a jugar debajo de mi casa. Sabía que me había equivocado y que, a juzgar por el odio de su mirada, esto podía tener repercusiones negativas para mí.
Al día siguiente voy a salir de casa pero veo que han metido un palillo bloqueando mi cerradura. Sólo puedo pensar en ella. Igual no ha sido ella, pero si no he interactuado con nadie más, ¿quién puede haber hecho eso? ¿Por qué?
Al principio, me parece una gamberrada sin más. Si yo quisiera hacerle daño a alguien, que nunca lo he hecho -conscientemente al menos-, me lo curraría más. Qué sé yo, pegamento de contacto como mínimo. No le doy la importancia merecida y empiezo a hurgar con un alfiler. Mierda. Lo meto hasta el fondo. Ahora entra la llave casi del todo, pero faltan 3 milímetros y no gira. Subo a por herramientas. Desmonto la cerradura. Pienso que el palillo es madera e igual puedo quemarlo. Dejo todo el bombín negro de la llama y sigue sin funcionar.
Llamo al cerrajero del pueblo. No quiere venir, ni ahora, ni mañana, ni nunca. Me pone una excusa barata. Es el que tampoco quiso hacerme las carpinterías de casa. Creo que le caigo mal. Todo lo que he hecho es darle mi dinero, pero se ha propuesto no volver a trabajar en mi casa. Me daría absolutamente igual si no fuera porque es el único cerrajero en kilómetros a la redonda. El único en el pueblo y en los pueblos de alrededor. Llamo a cerrajeros de la capital, me dan un primer presupuesto de 130-200 euros, ¡Dios mío, que me da un telele! Desplazamientos y tal. Calmo los nervios, cierro la puerta y me pongo a hacer una investigación profunda de cerrajeros en la provincia en internet. No hay mucho donde rascar. Una profesión con futuro: cerrajero. Poca competencia, altos honorarios.
Finalmente, encuentro a un tipo bastante majo. Viene con sus herramientas y consigue sacar el trozo de palillo. Le pregunto dónde puedo conseguir unas herramientas así. Y me mira como si me fuera a dedicar a abrir casas. Me dice: "tú no puedes tener estas herramientas", pero si tienes un ganchillo pequeño, te puede servir. Ni se me había ocurrido. La broma me sale por 70 eurazos sin iva y sin cambiar el bombin. Y tuve una suerte loca.
Mientras me está arreglando la cerradura, con su camioneta "Cerrajero 24 horas" aparcada en la puerta, pasa un coche con dos chavales de estos muy tontos que se creen muy listos. Miran un poco más de lo normal y se ríen. Acto seguido pasa la madre de niños, y mira, mira varias veces, y dice "Hola" en un tono normal, pero no sin nerviosismo.
Aún no me puedo creer que me haya comprado una casa en este pueblo. Yo no sabía nada de pueblos. Pensaba que daba igual donde estuviera la casa siempre y cuando hubiera naturaleza bonita cerca. ¡Cuán equivocada estaba!
Desde casa, oigo como un hombre que pasa por la calle le dice a otro, en tono enfadado, alto y claro: "¡¡Malasombra!!". El otro le contesta en un tono que suena igual de amenazador: "¡Malasombra TÚ!". Creo que sólo se estaban saludando.
Se acerca el invierno, vivo entre salvajes y los caminantes blancos amenazan con venir y arrasarlo todo.

5 comments:

  1. Ahora aquellos que quemaban cartones en el descansillo parecen personas normales y corrientes, ¿no? Qué mal está la gente en España...

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    1. Ya me gustaría tener vecinos tan inofensivos... Poca malicia tienen los chinos.
      No es que la gente esté mal en España en general. Esto debe ser cosa de pueblos y yo no lo sabía.

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    2. En las ciudad también hay algunas locas... ¿no conoces esta historia xD?
      https://www.youtube.com/watch?v=ARUXgC2TVFU

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    3. Ese vídeo ya lo había visto. Qué horror, ja, ja.
      Espero no acabar con ese peinado.

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  2. de verdad que cada cosa que cuenta... winter is coming...

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