Monday, May 14, 2012

Fin de semana de cumpleaños I

El viernes le di a Venus su primer baño al llegar su 6 meses cumpleaños. Bueno, porque estaba un poco sucia básicamente. Estaba preparada para la lucha, pero se portó de maravilla, creo que incluso le gustó, pero hasta que no empiece a hablar no lo sabré. Mojada está hecha una rata, pobrecita. Luego, la sequé con el secador porque tiene una barbaridad de pelo, y al final se agobió un poco.
El fin de semana celebré dos veces mi cumpleaños. El sábado en un coreano con los amigos. El domingo en un chino con Cristóbal, que trabajaba el día anterior. En ésta ciudad, la gente me regala siempre cosas extrañísimas. Mi mejor amigo me regaló una botella de aceite de oliva, me quedé sin habla. A ver, no es que me parezca mal, sólo faltaría siendo un regalo. Pero, una botella de aceite de oliva, oigan. Será por lo de los españoles y el aceite. Menos mal, que no me regalaron un toro, dónde lo pondría.
Después fuimos a tomar algo y como cada fin de semana, coges un taxi, vas a un local, y no hay silla en la que sentarse, y luego, vas a otro y a otro, y así pasas la tarde.  Es una cuestión proporcional: a más población, más individuos planean ir al mismo sitio que tú a la misma hora. Ésta vez, encontramos sitio en una terraza de un edificio. Me encantan las terrazas en lo alto de un edificio, cuánto más altas, más me gustan.
Una amiga española de M que vive en Pekín, estaba en Shanghái por trabajo, y se alojaba en el Ritz. Fuimos a verla. Los botones del Ritz son très chic. Llevaban unos pantalones de pinzas grises que eran anchos  por arriba y luego estrechos por abajo. ¿Pueden unos pantalones de pinzas grises ser bonitos? Afirmativo. Bonitos y modernos. Y sólo una hora antes yo no lo sabía. Las camisas eran blancas, con cuello mao, manga ancha y puño estrecho. Llevaban tirantes, y una gorra-boina gris. Iban como un pincel, todo tenía buen corte, buenos tejidos, y además, modernos, y ya veis, botones de un hotel. Pero el de recepción no corría la misma suerte. Llevaba un frac, demasiado corto, y le daba un aire un pelín ridículo.
Fuimos a la cafetería: clásica, confortable, inmejorable vista, sablazo por la consumición. Es lo que tiene Pudong: vienes, ves las torres, todas compiten por tener los garitos con mejor vista y despliegue de lujo. He ido muy pocas veces a Pudong desde que vivo aquí, pero un par de veces al año se disfruta.
En directo no me doy casi cuenta, pero cuando lo veo en foto, el cielo es definitivamente gris.
Anocheciendo.

4 comments:

  1. vaya, una celebración por todo lo alto... mire, un chiste involuntario! foto de venus con el pelo bufado, por favor.
    en la foto de abajo, se ve un reflejo como si hubiese edificios aún más brutales amenazando la ciudad. qué vienen, que vienen...

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  2. ¡FELICIDADES!

    No me imagino la contaminación...

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  3. Felicidades!
    con la de propiedades curativas que tiene el aceite de oliva... es el oro líquido.

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