Wednesday, February 27, 2013

Provincia de Fujian: La isla Gulangyu I

Gulangyu es una isla que está en frente de Xiamen; se llega en ferry en un momento. Hasta la Dinastía Song estuvo desierta. A medidados del siglo XIX, cuando China pierde la Primera Guerra del Opio, cede Xiamen, Hong Kong y algún otro puerto estratégico –que ahora no recuerdo- a los extranjeros.
En Gulangyu 13 países establecieron sus consulados. En esta isla se invirtió el oro y el moro, por parte de chinos y extranjeros. A la arquitectura, se suma la naturaleza exuberante, el clima benigno y el que no puedan circular coches, para hacer una maravilla de lugar. A principios del siglo XX debió ser un auténtico paraíso.

Hoy es un famoso destino turístico y hordas de chinos visitan la isla. E dice que Gulangyu triunfa tanto entre los chinos porque les parece que están viajando por el extranjero y les hace soñar.
 
Hay arquitectura Victoriana, iglesia católica y hasta un cementerio.
Algunas calles recuerdan un poco a Macao.

Saturday, February 23, 2013

Provincia de Fujian: Xiamen III

Temerarias amas de casa tienden la ropa en los cables eléctricos:
Sofisticado algodón de azúcar:
Ópera de Pekín amateur en la plaza un día festivo:
 
 No quise pisar la playa para que no me entrara arena en los zapatos. Lo que más venden  en la playa son palas. Algunos adultos no dudaron en enterrarse vestidos. Una de las cosas que les gusta hacer a los mayores es cavar hoyos muy profundos, como si quisieran desaparecer, o simplemente, estar solos en la playa.
Estas imágenes de la playa con tanta gente, me recuerdan a las pinturas de Pieter Bruegel que describen un día de ocio en la vida de los lugareños.
 Instrucciones para utilizar el ascensor:
Hagamos un buen uso del ascensor: no acabe este invento, que ha sido ideado para hacer la vida más cómoda, en una tragedia. Si tiras de tu hijo de una cuerda cuando entras en el ascensor, atención que esta no mida más de 5 metros, pulses el botón del ascensor, tú dentro, el niño fuera, tienes la cuerda bien cogida, como si fuera el cordón umbilical, el ascensor desciende, tu niño estrangulado con el moflete aplastado contra las puertas del ascensor cerrado. No quieras demandar a la fábrica de ascensores, que ya hemos avisado en este cartel cómo hacer un buen uso. Y si en vez de un niño es tu mascota, es menos serio, pero cuidado con la cuerda, mejor que no sea demasiado larga.
Con la Reina del ferry:
M dice que los chinos tienen mucha necesidad de expresarse, por eso todos los aloes están grabados. Del mismo modo, los árboles o los bares están llenos de notas con mensajes.
Muchos restaurantes han tenido una inspección sanitaria en China. Les cuelgan un cartel con el resultado: A (cara verde que ríe) está limpio, B (cara amarilla que sonríe pero sin enseñar dientes) está normal-guarro, C (cara roja de la vegüenza) está sucio. En Shanghái los restaurantes famosos y hoteles de 5 estrellas tienen la cara B, excepto el Starbucks y mi colegio que tienen la A. En Xiamen, todos, todos los restaurantes tenían la C. A mí me darían ganas de cerrar el negocio, e intentarlo de nuevo en otro barrio donde no me conozcan, con más jabón y lejía, antes de tener un cartel colgado que diga que soy una guarra.

Thursday, February 21, 2013

Provincia de Fujian: Xiamen II

Todo lo que se vende en España en las pescaderías es comestible. Es más, todo está rico. Te puede gustar más el rape que la caballa, el calamar que la sepia. Pero todos son alimentos aptos para el consumo humano.
En China, en la pescadería puedes encontrar todo tipo de monstruos de mar. Te dices: “Si lo venden será porque es comestible”. Pues no tiene por qué serlo. Entonces, te dices, si es caro igual está bueno. Pues no tiene por qué estarlo, puede ser carísimo y tener el mismo sabor que un trozo de corcho. En mis escasas y turbulentas experiencias degustando monstruos de mar, he de decir: que casi todos tienen la textura de una rueda del coche, y el sabor depende de la salsa que le pongan. Es decir, todos ellos tiran a gomosos e insípidos. Si alguien sabe el nombre de alguno de los siguientes animales que hable.
Con la excusa de que son de mar, se acaba comiendo una cada gusanazo, que si fueran de tierra no me hubieran engañado así. El caracolazo tenía un pedazo de bicho tremendo dentro. Le di un mordisco, que no se diga. Pura goma.
No hay nada que un chino no arregle con un poco de salsa y un buen cuchillo: silla, gusano de mar, trapo, hierbajo… Todo se sirve a mesa.