Wednesday, February 24, 2016

La pajarraca

Hoy me he echado la siesta. Me lo pedía el cuerpo. Una siesta de tres horas y media, ¡arrea! Y he tenido varios sueños, aunque sólo recuerdo uno con todo detalle.
Había ido a hacer la compra y la había dejado tirada en el pasillo, de pura pereza. Me decía a mí misma: en el pasillo hace casi la misma temperatura que el frigo, ahí está bien. Ya han pasado dos días, y me acuerdo que había comprado un cochinillo -¡un cochinillo!- en la carnicería, y que, lo suyo sería guardarlo en condiciones en el frigo. Voy a por las bolsas y de pronto, algo se mueve. ¡Está vivo! Pero, no parece un cochinillo. Parece un ave rara, un ave tremebunda. Es como un pavo supergordo, sin plumas. Parece fatigado, resucitado, ojeroso, vuelto a la vida después de un trance. Mi hospitalidad sale a relucir y me digo: voy a darle de beber y de comer. No sé qué come un bicho así. Abro el frigo y sólo veo una aceituna. Se la doy; la devora. Bebe agua del grifo de mi mano. Se está recuperando. De repente, le cambia la cabeza de pavo por una cabeza humana reducida. Es una señora, de unos cincuenta-sesenta años. Tiene el cabello negro organizado en un moño muy, muy alto, decorado con una pulsera de perlas. Qué mala cara tiene, viene de ultratumba. Descolorida, arrugada, ojerosa. Me digo para mis adentros: este bicho es muy siglo XIX. Empieza a hablar. Ufff, qué bicho. ¡Pero qué bicho! Es un ave un poco deprimente, taciturna y cínica, apunta maneras nihilistas, pero salen sabias palabras de su boca de tanto en tanto.
Hay un tipo del pueblo por ahí, le cuento lo que me ha pasado: he comprado un cochinillo y lo que ha salido de la bolsa. Me aconseja que lo eche a la cazuela, también será comestible. Le digo, que seré una hipócrita, pero yo compro animales muertos. Una vez habiendo calmado su sed, su hambre y escuchado sus palabras, no me veo capaz de liquidarla y mucho menos de comérmela. Entonces, el del pueblo me dice: "Es un 'Blablablablibli' -un nombre en latín que se me olvida casi al segundo de que me lo haya dicho-, vamos, también conocida como 'Pajarraca'. Un ave muy rara, contadas especies quedan en el mundo de este raro ejemplar". Sale a la calle, y enseguida causa sensación entre los lugareños. No sé qué hacer con el bicho. Le digo  a mi interlocutor: "Mira, yo me la quedaba como mascota, me gustan los animales, y en esta casa hay sitio. Pero, a ver, no es la mascota de mis sueños. A mí me gustan los conejos, animales dulces, de pelo suave, silenciosos... Imagínese usted tener por mascota a un bicho tan cínico, si bien, sabio...". El lugareño se encoge de hombros, en plan: es tu problema, yo sólo pasaba por aquí.

Y me he despertado. He buscado en google "Pajarraca" para ilustrar esta entrada y la imagen que he abierto es la mascota del Sónar del 2008. ¿Qué quiere decir mi sueño? ¿Es una señal para que vaya este año al Sónar? El 2008 es el año en que me fui a China. Y en el vídeo de la pajarraca, los espectadores hablan en chino. ¿Acaso me está diciendo mi sueño 'a qué he vuelto a España'?

Monday, February 22, 2016

Cosas que me chiflan...

... pero que de momento no -probablemente nunca- me voy a comprar.
Las lámparas del sueco Fredrik Mattson:
Las maravillosas tablas de David Santiago:
Si bien, de lo que aparece en este post, estas tablas son lo único accesible; creo que no las necesito, porque en una tabla tan bonita no osaría cortar nada encima. Me dolería tanto como cortar sobre mi propia piel.
Los vasos de murano de Nason Moretti:
Saber que existen unos vasos así y que yo no bebo de ellos, me atormenta. Qué pena ser tan esclava de los objetos.
Las lámparas de cristal soplado de Alex de Witte:
Vasos de vidrio soplado del estudio Martín Rojas:
Porcelana del estudio 1616 Arita, en Japón:
Y ustedes, ¿qué relación tienen con los objetos?

Thursday, February 18, 2016

La vida en palacio

Hace ya un mes que vivo en el palacio de cristal... o quizá más apropiado: de hielo. La sensación es rara, heladora, es como ser la única confinada a trabajos forzosos en un entorno elegante, gélido, glacial. Mi vida se resume en: rascar, cargar, lijar, limpiar, pintar... Pero esto no va a ser siempre así. No, no, no. No puede ser. Viene un tipo, te hace un par de cosas, y te pide cien euros. Viene otro, te hace en un momento otro apaño, y te pide sesenta y cinco. Pues para eso me lo hago yo.
La iluminación LED será muy barata, pero es satánica. Se siente el mal en la atmósfera. Según leí por ahí en las cuatro páginas que aparecen cuando buscas en Google: "¿Es mala para la vista la iluminación LED?". Pues sí, lo es. Mata un 90% más de células en los ojos que otro tipo de iluminación. Además, tienen un color raro. Hasta las de color "cálido/amarillo", las encuentro bastante frías y verdosas.
Se han ensañado a gusto con los colores en el muro: las paredes de este dormitorio eran color maquillaje, el resto beiges, y algunas incluso las pintaron de esmalte marrón brillante y con texturas. ¡Santo Cielo!
Me parto cuando oigo a la gente debatirse entre un salón color pistacho, gris humo, color ciruela o aguamarina. Es tan obvio que el mejor color para pintar las paredes de una casa es el blanco que no entiendo tal vacilación. Igual no les interesa, pero les voy a explicar por qué el color blanco es el mejor:
1) Es el color que más luz refleja. Esto es suficiente motivo para elegirlo. Cualquier estancia es más luminosa si está pintada de blanco. Da mejor rollo, parece más grande. (Sólo si vives en una isla griega o en Sicilia o en Filipinas... En un sitio de luz cegadora. Y además, tienes ventanas enormes -que no suele ser así- tiene sentido plantearse pintar los muros de colores). La realidad, es que, prácticamente siempre queremos más luz de la que tenemos.
2) Si un día se mancha la pared, sacas el bote de blanco y le das un poco. Si te pones a hacer aquel color ciruela que mezclaste hace años, vas a hacer otro color ciruela, porque, hasta que la pintura no se seca, no sabes cómo va a quedar, y va a quedar diferente seguro, y vas a tener que volver a pintar toda la habitación.
3) No vivimos en una revista de decoración, sino en una casa de verdad, estamos rodeados de objetos. Todos los objetos tienen color. Los muebles, los libros, la ropa, las sillas, el suelo, las lámparas. Si los muros son de color, va a ser un tormento de disonancias.
4) Con el blanco se descansa más.
5) Es más barato.
6) Parece que la casa está más limpia.
7) Si las paredes son blancas, puedes disfrutar de lámparas ambientales de color. 
El baño tenía cuatro tonos distintos de beige. De diferentes retoques que habían hecho los dueños a lo largo de los años. El beige lo hacía parecer viejo, rancio, sucio, caduco...
Problemas eléctricos, de fontanería, de humedad...
En este dormitorio sin ventana me voy a hacer un armario ropero. Hay ya dos armarios -con los que me resulta un poco difícil lidiar- pero todavía huelen a nuevo, así que, voy a tener que usarlos.
Otro día más.

Sunday, February 7, 2016

M-AUDIO BX5D2

Recuerdo que siendo niña la música sonaba por toda la casa. Altavoces, minicadena, tocadiscos... Era algo normal. La música se oía. Podías atronar a los vecinos si optabas por ello. Pero luego, llegó el futuro, la música digital, los cds plateados. Y no cabía duda de que era algo bueno, íbamos hacia delante, hacia el futuro. Del cd decían que era el sonido sin mácula; pero yo, como casi todos los adolescentes, lo poníamos en un cacharrajo de esos que era cassette, radio y lector de cd que sonaba cual tormenta furiosa. Y luego, llegó el futuro aún más lejano, y la música era gratis. Por los clavos de Cristo que me gustó esto. Te podías descargar y escuchar música sin fin. El MP3 era muy práctico... decían: la música comprimida. Y así fue, como prácticamente todos acabamos escuchando música en el ordenador con unos altavoces para pc pésimos. El futuro era dejar de disfrutar la música. Llevaba años lamentándome de esto. Preguntaba aquí y allá. Sin duda, no debí preguntar en los lugares indicados; igual fui posponiendo el tema. Después de varios traslados acabé sin tan siquiera unos pésimos altavoces para pc. Con un portátil en el que sin auriculares ni entiendes lo que dice un vídeo de tan bajo que es el sonido.
Bueno sí, este verano me compré atropelladamente -como acostumbro- unos altavoces por internet, bluetooth, el futuro sin cables. Cuando los probé me quedé con la misma cara que se le queda a un niño cuando se le cae la bola del helado que le acaban de comprar al suelo. Los descambié de inmediato. Y el otro día, en una tienda de hi-fi online resolvieron todas mis dudas existenciales y en 24 h. recibí unos maravillosos monitores en mi domicilio.
Seguramente, ustedes ya sepan esto. Pero por si son como yo y no se enteran de la misa a la media, voy a compartir con ustedes lo que ha cambiado mi vida. Soy una mujer nueva.
Unos monitores de estudio son unos altavoces que tienen dentro unos amplificadores de sonido. Se conectan a un enchufe y por un cable al ordenador. Y atención, el cable que hace posible tal prodigio se llama: por un lado un conector minijack 3.5 stereo (conectar al pc) y dos conectores jack 3 mono (cada uno a un monitor).
En cuanto a los altavoces, me recomendaron los M-AUDIO BX5D2 (que deben ser los best seller de este rango) y unos YAMAHA que eran más caros. Como los primeros ya tenían  cuarenta comentarios excelentes me los compré rauda y veloz. Han superado todas mis expectativas de calidad de sonido y volumen. ¡Hip, hip! ¡Hurra!