Saturday, April 8, 2017

Las excursiones XXIII

No sé qué les dan en los pueblos... Maemía qué gente más hostil. Y eso que se supone el estrés no existe en el campo. ¿Es eso cierto? Le he dado mi dinero a la panadera y a parte de un excelente pan cocido en horno de leña, le hubiera gustado darme un bofetón por el mismo precio. A veces me pregunto de dónde salió la leyenda que circula por medio mundo: "Los españoles son simpáticos". Pues sí, hay españoles simpáticos, pero no es la norma, no.
Un pueblo muy bonito por cierto.
Me he encontrado a un grupo de excursionistas y hablaban igual-igual que cuando se hace un chiste imitando a gente de la provincia; más exagerado aún si cabe.
Una señora ha girado la cabeza 180 grados, como Linda Blair; se le ha caído un párpado, como a una nancy vieja; ha fruncido mucho el ceño y se le ha llenado la frente de claroscuro; me ha mirado largo rato con cara de asco como si me fuese a echar una maldición y le ha dado un codazo a su compañera para que no se perdiera la estampa.
En serio, ¿qué les pasa?


Tuesday, April 4, 2017

Las obras II: El vicio de tirar muros


Un cuarto muy grande, de techo alto... que casi no tiene luz ni ventilación:
 ¡Agujero!
Qué contenta estoy de cómo ha quedado. Ahora falta pintar de blanco.
Otro caso:
Habitación penosa más oscura que la cueva del lobo. Se caen cachos de pared, muro exterior fino como el papel de fumar y con agujero, carpintería que no acaba de cerrar y por la que sólo entra un pequeño haz de luz.
 Tirar muro exterior.
Encargo ventana gigante para ahorrarme rehacer el muro y que entre luz.
Con esa ventana tan grande cada vez que ventile tendré que sacar los futuros muebles de la habitación. No parece muy práctico. Con ventana pivotante no tendría ese problema, pero: VALE EL DOBLE. Desestimada ventana pivotante.
Vamos a ver... ¿Va a poder pasar ventana gigante por el pasillo? Parece que sí.
Vamos a ver... ¿Va a poder pasar ventana gigante por la escalera? Supongo que sí... paso de medir que voy de lista (o sea, vaga).
Llega el día de subir la ventana, y NO PASA. La ventana gigante no puede llegar a su sitio porque es demasiado grande y no he medido la escalera. No-me-lo-puedo-creer: ¡Que me pase esto a mí! Los paletas, que valen oro, salen con la idea de serrar la escalera como única solución para llevar a su destino la ventana. Doloroso pero factible. 
Rehacer el muro. Colocar ventana. Picar paredes. Dar masa y lucir. La ventana gigante pesa una tonelada. Le he puesto un pie provisional. Yo creo que el peso puede retorcer las bisagras como un chicle.
Antes(izq)y después(dcha). Aún falta lijar las vigas, pintar, ordenar la madeja de cables eléctricos que van a una sola bombilla y limpiar de cemento el suelo... Esto es un maldito infierno. Nunca se acaba.