Sábado por la mañana, un día primaveral. Me levanto a las
ocho, ¡hay que aprovechar el puente! Todo va bien. Pongo música, cualquier
cosa, vuelco un montón de carpetas al reproductor. Me hago un zumo. Sólo me
queda un cacho de zanahoria que triturar y la licuadora ya está llena de
estopa. Este trozo de zanahoria lo voy a exprimir como que me llamo yprh, y a
ser posible sin tener que vaciar el aparato. Ñiñññiñññ…ñññiñññiiii…ññiñññññ… Nada,
no se desintegra, hay que limpiarla. Espera… a ver si abriéndola por un lado, meto un poco
el dedito, ya estoy haciendo espacio, ves como funciona, un poco más, a ver...
¡¡¡¡¡¡¡Aaaaaaaggggggggrrrrr!!!!!!! ¡Qué dolor, qué dolor, qué dolor! ¡Aaahhh! ¡Uuaaahhhhh!
En ese mismo momento suena la canción esa de Alaska de la revolución de los
electrodomésticos, os lo juro, la que dice: “La lavadora se ha vuelto asesina,
le nevera me quiere comer…” o algo así.
Este fue el temprano final de todos los planes para el
puente. Hasta un niño sabe que no hay que meter el dedo en una licuadora
enchufada. El aparato me llevó un trozo de carne, a ver no mucha, pero era mía,
y me ha averiado la uña. El sábado lo pasé flipando de dolor en la cama porque
los calmantes chinos son una porquería. No me atreví a ir al hospital porque me
sentía morir y sólo imaginar que me fueran a coser me daba pavor. Ahora sé, lo
mal que actúan en las pelis, cuando les pegan un tiro, se echan una mano a la
herida, y hacen: “Ah” o “Uh”. Esos actores no saben lo que es el dolor, no han
metido un dedo en la licuadora.
Los días siguientes fueron como si mi vida se hubiera ido en
ese trozo de carne de dedo y sólo quedara yo allí sosteniendo mi cuerpo. Por
suerte fue el dedo izquierdo, pero, con una sola mano, no se hace nada en el mundo,
ni se dibuja, ni se cose ni ná.
El dedo una semana después.
A ver no enseñes esas porquerías leñe!!!!
ReplyDeleteHubieses ido al médico so cabra!
me apunto a la teoría de que al menos ir al médico a ver qué tal no hubiera estado mal. qué destrozo. qué dolor. con esa parte de carne entre la uña. pero qué dolor.
ReplyDeleteEs que, al médico, lo mismo que al peluquero, lo mismo que a la guerra, no se va "a ver". Vas allí, y hacen lo que quieren contigo.
Deleteque mal cuerpo se me ha quedado...
ReplyDeletelas heridas en dedos duelen que es una locura.
el tetanos y esas cosas
¿no vas a ir al médico?
Eso es un primer plano y el resto tonterías... no puedes demandar a la marca de licuadoras?
ReplyDeleteYo también me resistí de médicos. Experimentan con nosotros. Yo tuve un catarro que se transformó en pseudogripe-guadiana (hoy sí, mañana no y pasado otra vez) de irme un día a correr en la lluvia (eso solamente queda bien en Hollywood films) que creo que casi pasó o llegó a rozar la pneumonía según mi diagnóstico google.com pero resistí y me lo curé. La próxima vez "ves" al médico....
GOREEEEEEEEEEEE
ReplyDeletese me han quitado las ganas de comprarme una licuadora. Y mira que me hincharía a zumos de sandía ahora en verano....
Para la tarjeta: hay que decir en el banco que quieres comprar por internet y te activan la banca online y te dan un cacharrito con contraseñas (al menos en el Bank of China es así).
La chaqueta no es de la marca de los New Pants, yo tampoco me acuerdo cómo se llamaba, pero es parecida, vamos. En las de los New Pants no ponía Zhongguo creo recordar.