El taxista nos había llevado a un restaurante que era muy
barato, pero que estaba todo muy malo. Acostumbrados al frío que pasan todo el
año, les debe parecer que hace un calor horroroso en verano, y por eso nos
sirvieron una sopa de noodles fría.
No, hombre no, ¡sopa fría china, no! Otro plato que nos sacaron tenía moscas,
como protestamos, ese no nos lo cobraron. Pero el asquito no nos lo quitaron.
Al día siguiente, el taxista nos llevó al mismo restaurante
(que aunque era malo, creo que al final debía ser el único). Le dijimos que con
una vez ya valía, que íbamos a buscar nosotras otro. Nos fuimos a una calle
céntrica, llena de restaurantes, todos parecidos, en los que no había casi
nadie. Fotos de los platos a todo color en el muro, pero no hay carta, no hay
precios. Era el día que habíamos subido el volcán, estábamos agotadas y
hambrientas. Le pregunto el precio del pescado. No parece mucho. La medida en
China es medio kilo. No pregunté el precio de las verduras, porque estaba claro
que no valían casi nada, esto aquí es así, vayas donde vayas. Nos sentamos a
cenar, y sale un pez de una tonelada. Muy apropiado, una tonelada de pescado
para dos. Que si bli, que si bla, no hay manera de entenderse. Viene la cuenta
y es carísimo. La cena vale 12 veces más que el otro restaurante pero no es
mucho mejor. Dice que el pescado pesa tanto, pero no me lo creo. Y las verduras
son muy caras. Estos restaurantes se dedican profesionalmente a timar a la gente, por
eso no tienen carta con precios. Vale lo mismo que un restaurante fino en la
Concesión Francesa en Shanghái. Que si bli, que si bla. Se pueden hacer dos
cosas: enfadarse mucho (porque enfadarse un poco no sirve de nada, los chinos
son muy tenaces) o pagar. Enfadarse es malo para la salud y para la belleza. Al
final pagamos y decidimos olvidar. Ellas, las malas, se rieron como se ríen los malos de las películas saboreando su victoria.
Nos habíamos levantado a las seis; habíamos subido y bajado un
volcán; eran las cinco de la tarde; en cuanto anochece en Wudalianchi no hay
nada que hacer, pero nada, todo está oscuro, no hay donde sentarse a tomar
algo; nuestro tren salía a media noche; sabíamos que en ese tren no íbamos a
pegar ojo; necesitábamos echar una siesta. Volvemos al hotelucho guarro donde
habíamos dormido la noche anterior. Queremos una habitación tres horas. Nos
quieren cobrar lo mismo que por toda una noche, que ya fue un timazo, con la
ducha rota y todo. Venga regatear. Qué agotamiento de país. Mira, nos vamos a
dormir al raso con la maleta. Oye, espera, venga, que sí te rebajo la
habitación. Volvemos. Nos dan la habitación donde se echan ellas las siestas. Es
una habitación normal, pero la almohada tiene un hoyo, las sábanas tienen la
forma de un cuerpo. Qué cerdas. Bueno, estoy agotada, me da igual. La
habitación está cerca de la recepción. Debe ser la hora de reunirse a hablar.
Llegan otras dos señoras amigas de las del hotel. Se ponen a hablar, qué digo a
hablar, a berrear, qué manera de gritar. Esto es algo universal: cuanta menos
educación tiene la gente, más gritan para comunicarse. No pegamos ojo.
jajaja, vaya tela. A mí me da muy mala espina cuando en la carta no pone el precio. Lo de que hay que gritar es totalmente cierto. Yo no soy nada escandalosa así que cuando el estropicio del vestido dejé que mi compañera de trabajo les pegara voces. Por cierto, me dijeron que iban a intentar arreglarlo, estoy esperando que me llamen. Ya les di la tarjeta de la modista por si lo quieren encargar de nuevo, jajaja.
ReplyDeleteNo es que en la carta no pusiera el precio, es que, no existía la carta, sólo fotos en el muro.
DeletePues sí, te tenían que hacer otro. Si es una cadena en vez de una tintorería de barrio, sacarás algo más.
Oye tienes que ver esta página, es buenísima, es de alguien que vive en Shanghai. Yo ya la he visto casi entera y me parto
ReplyDeletehttp://wuluwu.tumblr.com/
Sí que está diver. Da en el clavo.
DeleteAh, los recreativos suelen estar en la planta subterránea de los centros comerciales... jajaja
ReplyDeletemuy buena: era muy barato pero era muy malo. normalmente la gente que viaja suele encontrar siempre el sitio bueno, el hotel barato y molón, la gente más maja, etc. pero tú no. vaya viaje.
ReplyDeleteotra cosa, desde que empezó tu serie no hago más que confundirme al leer Heliogoland, heliogoland, heliogoland. el año que viene ve de viaje a heliogoland, por favor.
Los otros mienten. Además, no sé si ha observado que me decanto por destinos exóticos.
Deletenada me parece más exótico que sus viajes, yprh.
ReplyDeletepues lo del documental es en serio. mire:
http://www.youtube.com/watch?v=7ThDZqJS4ZA
http://www.youtube.com/watch?v=EbRHHvbRpZw&feature=related
ReplyDeleteaquí parece que está entero.