El domingo me di
una paliza de coche... Buscando el paisaje más perfecto, el camino más bello
por el que pasear... acabé en Huesca. Al final, entre ida y vuelta fueron cinco
horas de coche. Me pego tal paliza, que cuando llego, casi no me quedan
fuerzas para subir montañas. Llegué a lugares muy bonitos.
Al volver, la
antigua carretera de Jaca parecía el scalextric: Todos
los que volvían a su casa después del fin de semana. Mal dormida: El sábado no
sé qué celebraban, pero hubo fuegos, orquesta-disco party, me fui a dormir a la habitación más silenciosa,
pero aún así... Petardos de cierre de fiesta, no pegué ojo en toda la noche. Agotadísima
al día siguiente, principalmente de la conducción, me iba durmiendo al volante.
Super esfuerzo para estar despierta, no lo consigo. Digo, voy a salir de la
carretera y me echo una siesta. No hay salida, estoy metida en un circuito de
carreras. Finalmente, me echo a un lado. Reclino el asiento, el sol me da en la
cara, me tapo con el anorak, hace mucho calor. Caigo dormida en un segundo.
Pero los coches venga circular, ¡qué ruido! Me tengo que ir a casa a dormir. Vuelvo
al volante: venga yprh, abre los ojos, que tú puedes. Otra vez, ¡qué sueño!
Estoy a menos de 20 km de casa. No es nada. Pero, ¡qué sueño! Ya estoy en la
rotonda, llegando al pueblo. ¡Pero qué sueño! Me quiero quedar allí a dormir,
ahí delante puedo parar, pero qué absurdo, estando a sólo 10 minutos de casa.
LO CONSIGO: Llego a casa, hip, hip, hurra. Joselito me mira preocupado, no sabe
dónde he estado pero huelo a campo y tengo mala cara. Caigo en la cama y me quedo
dormida durante horas.