Me siento como la tía en Shanghái. Hoy han venido a pasar el
día M y C. Últimamente está haciendo muy bueno, pero hoy no han
tenido suerte. Cuatro meses ha estado la exposición de Yayoi Kusama en el Moca
y me voy a quedar sin verla. Qué disgusto tengo. Por una cosa o por otra nunca
venía bien. El museo cierra a las 5 de la tarde, y los fines de semana con las
sobremesas prolongadas, cafés y que cuesta llegar una hora a los sitios,
nunca da tiempo. Total, que hoy vamos, estaba cayendo el diluvio universal, y
sábado: había una cola kilométrica que se prolongaba por el parque. Me he
asomado dentro del museo y aquello parecía el metro en hora punta, de tanta
gente que había. Y en la calle seguían haciendo cola con el paraguas. Parecía que estuvieran
regalando las obras de la señora Kusama. A una exposición anterior -Dior-
tampoco conseguí entrar. Todas las veces que me acerqué al museo había una cola
de dos horas por lo menos. Cuánta gente hay en esta ciudad. Es tan fácil que a
mil o dos mil personas se les ocurra hacer lo mismo que a ti en el mismo
espacio tiempo…
La
gente en esta ciudad tiene mucha ansia de aventuras en la naturaleza. El síndrome chino de posar con árbol ya nos afecta: "Mira qué árbol tan majo, vamos a hacernos una foto al lado". Y fíjense,
este señor pescando peces de colores en el estanque de un bar, en el centro del
parque.
Y esta foto es de mi barrio. Cuando salgo de trabajar cada
día están estos tipos. No sé de dónde han salido, igual son alumnos de un curso
de fotografía macro. El caso es, que están fotografiando un pajarito en una
rama, a escasos 5 metros. Fíjense qué risión las cámaras con el disfraz de
camuflaje, como si a ellos casi no se les viera; y lo mejor de todo, están
junto a una carretera de seis carriles y encima del cinturón que pasa por
Hongqiao. Y además, hay un espontáneo en el grupo, también ha salido de trabajar y está haciendo una foto con una cámara compacta. En China, si te ven hacer una foto, alguien cerca tuyo piensa: qué bien, yo también voy a fotografiar lo mismo. Cada vez que los veo me da la risa, no puedo evitarlo. Y además, el pájaro está en la
sombra, y se mueve, y no debe haber manera de hacer una foto enfocada. Pero un ser vivo es un ser
vivo.